¡Allá se las haya su aya!
Déjenme contarles que a mi sobrinito Pedro le encantan las palabras. Sólo le bastan dos homófonos para perderme en un vericueto semántico y, de eso modo, salirse con la suya.
Déjenme contarles que a mi sobrinito Pedro le encantan las palabras. Sólo le bastan dos homófonos para perderme en un vericueto semántico y, de eso modo, salirse con la suya.
Para rastrear la inspiración que saturó a El Bosco y tratar de entender el mensaje de su obra, habría que hurgar, primero, en el folklore.
Tulipán viene de la palabra tülbent, que es la pronunciación turca del vocablo persa dulband —‘turbante’—.
Durante casi un siglo, los pintores neerlandeses fueron transformando sus intereses y, por tanto, su temática y, con ello, el oficio.