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Frases a la mexicana: segunda parte

Frases que se utilizan sólo en México —o que empezaron a usarse en nuestro país— con su significado.

Debido al éxito rotundo —modestia aparte— realizamos una segunda recopilación de frases a la mexicana, es decir, expresiones que sólo se usan en México o que se empezaron a utilizar en nuestro país y después se extendieron por otras naciones de habla hispana. Por supuesto, vienen con su significado.

Variantes: ¡Quién la viera! ¡Quién lo viera!

Más que pregunta, es una exclamación que combina el asombro y la malicia cuando se nos revela un aspecto insospechado de la vida o costumbres de alguna persona. Es un equivalente de la expresión «qué guardadito se lo tenía / te lo tenías».

– ¡Quién la viera a la Maritza! Parecía tan tímida y resultó bien ligadora.

– ¡Quién lo viera! Creíamos que Pepe no sabía ni escribir, y acaba de ganar un premio por su novela.

Frases a la mexicana
Foto de Ryan Snaadt en Unsplash.

– Mira nomás qué bien bailas… ¡Quién te viera!

Variante: Aquí molcas

Esta expresión —usual desde principios del siglo XX, sobre todo en el norte del país— se utiliza en una conversación para sustituir el nombre de una persona determinada, ya sea que esté ausente o presente y a la vista, en cuyo caso se suele completar diciendo aquí molcas, mientras se señala al interfecto con la mirada. En este caso, también puede usarse aquí mis ojos.

– Oye, y molcas, ¿cómo ha estado?

– ¿Que por qué llegamos tarde? Pues aquí molcas, que se tardó una hora maquillándose.»

– Yo no fumo, pero aquí mis ojos segurito que trae encendedor.

Foto de Jordane Mathieu en Unsplash.

Aunque esta expresión tiene varios usos, es una de las frases a la mexicana que en casi todos ellos existe un reproche al contrastar lo dicho por una o más personas con los hechos y los actos de éstas. En cierto sentido, sustituye a las frases «aunque digas que no…» o «a pesar de lo anterior…».

– No se hagan: bien que se pusieron de acuerdo para contarme la misma mentira.

– Se sentía mal y no quiso ir a la escuela, pero bien que anda jugando allá afuera.

– Te duele, te duele, pero bien que te gusta…

Expresión que se usa, en primer lugar, para referirse a la actitud general que adopta una persona en un momento determinado y, sobre todo, ante sus actividades laborales u ocupacionales, así como a aquellas vinculadas a las relaciones sexuales y amorosas. Por ejemplo: andar de cabrón —cometer infidelidades constantes—, andar de perro —cortejar insistentemente—, andar de manita sudada —tener un noviazgo formal e inocente—, y un largo etcétera.

– Mejor ni la invites: desde que la ascendieron, anda de un mamón que nadie la aguanta.

– Pues como no encuentra chamba, anda de botarga afuera de una farmacia de similares.

Foto de Leqi Wang en Unsplash.

– Todavía ni cumple un año de casado, y ya anda de cabrón con su secretaria, ¡ya ni la chinga!

Expresión que se popularizó a finales de los años 80 como eufemismo de «no mames» y, al igual que ésta, se utiliza como interjección de incredulidad o descrédito, sorpresa o enojo.

– ¡No inventes! ¿De dónde sacaste ese cuento de que viste un ovni?

– ¿Que ya se te declaró? ¡No inventes!

– ¿Cómo que rompiste el vestido de noche que te presté? ¡No inventes!

Aunque el Diccionario del Español de México acota esta expresión como equivalente a «De verdad, realmente, sin mentir», cuando se usa como interjección expresa molestia profunda y hartazgo ante una situación que aparenta no tener solución. Puede enfatizarse añadiendo contigo.

– Pues como aquí nadie mueve un dedo, voy a acabar haciéndolo todo yo, como siempre. ¡De veras!

– Lucía, faltan diez para las siete y ni siquiera te has puesto el uniforme… ¡De veras contigo!

Variante: No vaya siendo

Esta frase hecha pretende conjurar una circunstancia que resulta amenazante, y antecede o justifica las previsiones que se toman para evitarla. Puede ampliarse su efectividad diciendo: «no vaya a ser el Diablo».

– ¿Estás segura de que te tomaste la píldora? Mejor me pongo condón: no vaya a ser.

– Si lo quieres, díselo. No vaya siendo que aparezca otra y te lo gane.

Variantes: Hacerse el muerto. Hacerse güey. Hacerse pendejo. Hacerse que la Virgen le habla.

Expresión popular que describe la acción de evadir cualquier tipo de responsabilidad fingiendo no ver, no escuchar o no saber sobre algo en particular.

– No te hagas el occiso y cáete con la tanda.


– Mañana le voy a reclamar. Se hizo la occisa y no me dio mi cambio.

Variante: Muy su


Entre las frases ala mexicana, estos adjetivos otorgan a una persona la propiedad absoluta sobre un objeto o, la mayor parte de las veces, sobre una parte del cuerpo y, bajo esta premisa, reafirman su capacidad de decidir qué hacer con ellos, sin importar el sentido común, las consideraciones o la opinión de los demás.

– ¡No manches! Quedó horrible tu camioneta, toda achaparrada y con esas llantotas.

– Pues muy mi troca, ¿no?

– Si tiene sus «queveres» con el del ocho… pues muy sus nalgas, ¿no?

Esta frase anuncia una corazonada, un presentimiento o algo de lo que estamos «casi seguros», pero que no sabemos a ciencia cierta. También hace referencia a una práctica muy común entre los mexicanos: la de pronosticar, sugerir o dar por hecho algo sobre lo que no tenemos más base o justificación que nuestras meras suposiciones.

– ¡Se me hace que el tal Anakin se va a convertir en Darth Vader!»

– Disculpe, ¿dónde se encuentra la calle de Pitágoras?
—Uy, señor… se me hace que Pitágoras está en Polanco, ¿no?»

¿Qué te parecieron estas frases a la mexicana? Si te perdiste la primera parte, puedes leerla aquí.

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