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Erre con erre, la r

La grafía R es capaz de ofrecernos dos fonemas y hasta cuatro vibraciones ella solita.

Resulta irónico que para ciertos fonemas de nuestro idioma contemos con varías grafías, como es el caso del sonido /s/o del /k/, mientras que la grafía R es capaz de ofrecernos dos fonemas y hasta cuatro vibraciones ella solita.

Efectivamente, la principal cualidad de la R es su polifonía;aunque su nombre es erre, su primer sonido, el suave, ere /r/,es instantáneo y requiere de una sola vibración para pronunciarse. De hecho, la lengua realiza un movimiento distinto para generar ambos sonidos: en la vibrante simple /r/la lengua se desplaza de fuera hacia dentro, en cambio, en la emisión del sonido erre /rr/ el movimiento es de dentro hacia afuera, y una vez que la punta de la lengua topa con los dientes, es cuando se produce la vibración múltiple. Los siguientes sonidos de la R varían en cantidad de vibraciones:dos cuando va después de N, L o S como en honrado, tres cuando es sonido inicial como en rojo y cuatro cuando va precedida por una vocal tónica como en gorra.

Foto tomada de conceptodefinicion.de

El sonido /rr/ es el pie del cual cojea todo extranjero que pretende aprender español:1 ningún angloparlante la ha podido pronunciar y ningún oriental ha dejado de suplirla por una L «una lata es un latón que cole, cole», dice el chiste. Incluso, no todos los hispanohablantes son capaces de reproducirla correctamente; el Manual de la pronunciación española de Navarro Tomás dedica dos capítulos enteros a las incorrecciones y errores frecuentes en la pronunciación de la R. Recordemos a los niños que se inician en el habla cómo suelen sustituirla por otra letra más fácil como la d o la elle y dicen pello o pedo en lugar de perro. La R es capaz de delatar la cantidad de alcohol ingerido por un sujeto borracho y parrandero al no poder generar vibrantes simples y mucho menos, múltiples.

Evidentemente, de este doble fonema de la R nace su dificultad ortográfica. Está clarísimo que para la vibrante simple se escribe una R y suena /r/ como en poro, loro y cara, pero cuando el sonido es de vibrante múltiple comienzan las dificultades y tenemos que aplicarla doble o sencilla según donde se localice el sonido. Para empezar,necesitamos escribirla doble para distinguir a pero de perro, moro de morro y para de parra, de modo que la vemos a mitad de palabra y siempre entre vocales. La R no se dobla en ningún otro caso de vibrante múltiple, ni cuando se es rojo y rey, ni cuando se sonríe, ni en nombre propio,escribimos Enrique y no Enrrique, Israel y no Isrrael.

De acuerdo con Salvador y Lodares, esta controversia ortográfica propia de laR no se ha podido resolver aún, ni mirando hacia el latín ni inventando nuevas grafías para el fonema /rr/. Sabios y estudiosos de la lengua de todos los tiempos han tratado de cambiar las reglas ortográficas y hasta han propuesto cosas como colocar un punto o una tilde sobre la R para sustituirlo. Mañer, valiéndose de una especie de S invertida, pretendió sustituirla. Al no haber consenso en tales propuestas la complicación persiste.

¿Suena a dolor de cabeza? ¡Y cómo no!, si esta R originalmente partió de un signo que representaba una cabeza —los egipcios así la usaron—; los fenicios la llamaron resh, los griegos ro —Ρ, ρ— y los romanos erre.Fueron estos últimos precisamente, quienes añadieron la línea inclinada que marcha debajo de la panza para distinguirla de la P mayúscula. Su transición a minúscula no es tan obvia como la de otras letras, su forma caligráfica no está unificada y, sin embargo, es capaz de describir con su trazo una fila de soldados marchando —RRRRRR— o el sonido inacabable de un motor en marcha —rrrrrrrrrrr.

Para la lengua española la R no sólo es la décimo octava letra del abecedario o la decimo quinta consonante, es la tercera consonante más usada después de la S y la N. Acaso sea por su versatilidad fonética o sus grafías tan elocuentes que esta letra es divertida, juguetona y anda en boca de todos y,definitivamente, la R vale por dos, tres y hasta cuatro…

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