Emil Zátopek (1922-2000)
Helsinki 1952, Juegos Olímpicos. Un joven checo de 30 años, calvo, güerito y muy flaquito —imagínese al más flaquito de todos los atletas que haya visto—, se luce en la prueba de los 10 mil metros y no sólo gana el oro, sino que rompe el récord.