La teoastenia se manifiesta en un creyente cuya fe ha sido herida por la duda, no quiere que lo llamen ateo o agnóstico, pues todavía tiene la esperanza de que esa herida pueda sanar su creencia religiosa.
Del griego theós, ‘dios’, ‘divino’, con la partícula negativa α, a, y stenós, ‘fuerza‘. Dícese de aquella persona débil, ambigua y vacilante ante la existencia de Dios.
El que practica la teoastenia está lejos de ser ateo,y tampoco permite que le llamen agnóstico. Sin embargo, no acepta de forma abierta ningún dogma religioso.
Aunque con el paso de los años se ha diluido una creencia firme en alguna religión y ya no participa del mismo modo en los rituales, se niega a desprenderse de su fe.
Es como si le tuviera un cariño, aunque de facto no forme parte de sus opiniones, pues sus creencias han sido lastimadas por la duda.