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Tarjetas de presentación

Las tarjetas de presentación —o de visita, como se les conoció durante siglos— han sido una herramienta de conexión social.


Las tarjetas de presentación —o de visita, como se les conoció durante siglos— han sido una herramienta de conexión social que, aunque discreta dentro de las convenciones populares, es sumamente eficaz; desde siempre se les han atribuido un sinfín de significaciones sociales que, con el paso del tiempo, han ido de lo extravagante a lo simple, de lo genérico a lo personalizado y de lo excluyente a lo universal.

Siglo XV

Meishi(名刺) Esta palabra japonesa, compuesta por los kanjis mei, ‘nombre’, y shi, ‘espina, aguja’, hace referencia a la antigua tradición oriental de grabar el nombre de una persona en espigones de bambú u otros tipos de madera. En China, las tarjetas eran distribuidas entre la población para anunciar la llegada de un miembro de la familia real. Actualmente en Japón se les sigue llamando así a las tarjetas de presentación usadas en el ámbito empresarial; éstas, hasta hoy, conservan un valor ritual mucho más profundo que los protocolos de Occidente.1


Contenido: presentan nombre, cargo y empresa en la que trabaja la persona, con kanjis en el anverso y rōmajis2


Entrega: quien la entrega la sostiene de las dos esquinas superiores, cuidando no cubrir con los dedos la información; quien la recibe debe leerla —como muestra de respeto— y agradecer al otro haciendo una reverencia y pronunciando las palabras «choudai itashimasu» 3


Presentación: sin dobleces; en caso de que una de las dos personas tenga un rango inferior a la otra, o que sea de menor edad, ésta deberá ser quien entregue primero la meishi.

Siglos XVII y XVIII tarjetas de visita

La práctica de entregar tarjetas de visita comenzó en Francia, dentro de las esferas sociales más altas, y fue vigente hasta principios del siglo XX. Por aquel tiempo uno no esperaba recibir invitados sin previo aviso o presentación; en los círculos aristócratas el protocolo dictaba hacer una visita previa en la que los lacayos entregaran a los sirvientes de la casa una tarjeta, a la cual el dueño respondería para confirmar la reunión —enviando de vuelta la tarjeta con un doblez en la esquina superior— o rechazarla —regresándola dentro de un sobre—. Esta costumbre pronto se extendió a toda Europa y América.


Referencias

  1. Algarabía 70, julio 2010; A la tierra que fueres: «Tarjetas de visita en Japón»; p. 42
  2. .Caracteres japoneses y caracteres del alfabeto latino, respectivamente. en el reverso.
  3. Se trata de una de las más solemnes formas de agradecimiento en japonés.

    Conoce más sobre la historia y reglas de etiqueta de las tarjetas en Algarabía 113.

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