Si lo que deseamos es encontrar la cura para todos nuestros males, debemos conocer esta palabrota.
Etimológicamente, panacea viene del griego πανάκεια, panákeia, que evoca directamente a la diosa Panacea, cuyo nombre a su vez proviene de panakes, «que lo cura todo» —de la raíz πάν, pán, ‘todo’, y de άκος , ákos, ‘remedio’—.
Luego se transformó en el latín panacéa, que significa «remedio universal». En la mitología griega, Panacea era hija de Asclepio, dios dedicado a la medicina y a la cura de los enfermos, y de Epíone o Lampetia. Panacea y sus hermanos —Yaso, Higía, Macaón y Podalirio— ayudaban a su padre en su ardua labor y cooperaban en la creación de medicinas.
Entonces, la palabra panacea —que no debemos confundir con la Pangea o con algún producto de la panadería— se refiere a un mítico remedio capaz de sanar todas las enfermedades e, incluso, prolongar indefinidamente la vida. Por ello los alquimistas —los mismos que querían transformar la materia en oro y que vivían persiguiendo otras transmutaciones poco plausibles— la buscaron durante mucho tiempo, y no sólo en su versión de fuente de la eterna juventud o como medicamento que curara todos los males, sino como la fuente de «la verdadera salvación»; se trata, pues, de «la pócima infalible», «el elíxir divino».
La panacea ha sido necesaria desde tiempos inmemoriales, y hoy nos serviría para solucionar los muchos males que aquejan a nuestro planeta, como las hambrunas, la escasez de agua o el calentamiento global. Sin duda, sería increíble disponer de ella en botecitos, emulsión, pastillas o jarabe, ¿o no?
Panacea
Origen y significado de la palabra panacea.
- viernes 13 octubre, 2023
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