¡Tranquilízate, por favor! Tu mente no te está haciendo trampas como al Guasón de Joaquin Phoenix, más bien se trata de una corrección científica.
Nadie es perfecto
A todos nos han enseñado que los animales —lo que conocemos como Reino Animal— se dividen en 6 grupos: mamíferos, reptiles, anfibios, aves, peces e insectos. Así fue como lo clasificó Carl Linnæus —Carlos Linneo—, el padre de la taxonomía, hace siglos, por lo que es evidente que algo iba a cambiar.
Hoy en día, nosotros usamos un sistema taxonómico cladista y no linneano, es decir, que a la hora de agrupar en clados a las especies, se toman más detalles además de los físicos obvios, como si está recubierto de pelo, plumas o escamas.
Tiene sentido para mí
Para quedar claros, ¿estamos de acuerdo que no todos los reptiles reptan? O sea, algunos sí tienen el cuerpo despegado a la hora de moverse; incluso hay especies que no son de «sangre fría» y, pues, el tema de las extremidades —pobres serpientes.
Entonces así quedarían repartidos los reptiles que conocemos:
¿Saurópodos o reptiles?
Mira, no pasa ni pasará nada que le sigas diciendo reptiles a camaleones, dragones de Komodo, cuijas, geckos, víboras y demás. A estos les puedes decir lepidosáurios.
Lo importante es que sepas que los descendientes más directos de los dinosaurios son las aves y los cocodrilos —que incluyen caimanes, aligatores y gaviales—, pero muy cerca de ahí las tortugas. Todos estos comparten el clado de los saurópodos.