«La adverbialización de los adjetivos es otra tendencia propia de la lengua española que ha alcanzado en México un alto grado de desarrollo»1 Juan M. Lope Blanch, Estudios sobre el español de México, México: UNAM, 1972; p. 20, afirma Juan Lope Blanch.
Caminó tranquilo por la plaza.
En lugar de:
Caminó tranquilamente por la plaza
El adjetivo
La función del adjetivo es determinar o calificar al sustantivo, cualquiera que sea el oficio que éste desempeñe en la oración. Esta determinación puede expresarse, bien por simple asíndesis —unión entre proposiciones—:
El perro negro y viejo
O bien, por medio de una oración atributiva con los verbos ser o estar:
El perro es negro y viejo.
En español, el adjetivo puede preceder o seguir al sustantivo al que se refiere, pero su valor cambia en uno u otro caso; ambos —sustantivo y adjetivo— comparten género y número.
El adverbio
Los adverbios, como los adjetivos, son palabras calificativas o determinativas, aunque estas modificaciones afectan directamente al verbo, al adjetivo o a otro adverbio y no sólo al sustantivo, como en el caso de los adjetivos.
La mayor parte de los adjetivos del español poseen la propiedad de formar adverbios de modo, mediante la adición del morfema –mente.
feliz-felizmente | rápido-rápidamente | loco-locamente |
Adverbialización del adjetivo
La adverbialización del adjetivo puede simplemente usarla para calificar verbos y no sólo sustantivos1 No requiere de objeto indirecto.:
El joven corrió rápido
Rápido no califica al sujeto, sino especifica al verbo correr, pues rápido —que es un adjetivo— funciona como si fuera un adverbio de modo, como si respondiera a la pregunta: ¿cómo corrió el joven? El joven corrió rápidamente.
La adverbialización de un adjetivo es un cambio lingüístico cada vez más frecuente en español
Esto corresponde a un fenómeno lingüísitco llamado metábasis, por el cual una palabra que corresponde a una determinada categoría gramatical pasa a desempeñar una función que corresponde a otra –como también un adjetivo puede transformarse en sustantivo–. Algunos adjetivos que cumplen la función adverbial son:
Hay adverbializaciones del adjetivo en las que es imposible cambiar el adjetivo por un adverbio terminado en –mente y por eso son muy usuales.
Es preciso aclarar que los adjetivos que se acentúan conservan la tilde aún y cuando se convierten en adjetivos con -mente. Ejemplo: estúpido-estúpidamente.
Por último, también hay adverbialización cuando el adjetivo desempeña la función propia de un adverbio. En estos casos, es invariable como el adverbio y no admite morfemas de género ni de número, por ejemplo: Te ruego que hables claro./ Esos jugadores no juegan limpio.
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