La junta en las oficinas de una prestigiada casa tequilera estaba por comenzar. El motivo de la reunión era la evaluación del rediseño de las etiquetas de algunos de los productos que se producían o distribuían bajo el nombre de la casa.
Al presentar a los asistentes se mencionó al director de marketing, al gerente de producto, al impresor, al diseñador, a dos ejecutivos de cuenta y a dos señores más de quienes sólo se dijo su apellido. Al llegar el turno de comentar la etiqueta de una popular «sangrita» —con el nombre de una viuda—, el impresor propuso:
—Oigan, y ya que se está rediseñando, ¿por qué no aprovechamos y quitamos la foto de esa señora que parece tamalera?
Después de unos segundos de silencio y de risas contenidas, uno de los señores —en apariencia, el dueño— se levantó y, con un gesto teatral, prorrumpió:
—¡Era mi madre!
Hubo estupor general. El impresor hizo mutis.
Virgilio Climber es actor, restaurador, arqueólogo por afición y coleccionista de historias con condimento y valor nutricional para el buen ánimo.