A principios del siglo XIX el Pont des Arts —Puente de las Artes— se convirtió en el primero de hierro en la ciudad parisina. Después de sobrevivir los intensos bombardeos durante las dos guerras mundiales, estuvo a punto de derrumbarse en 1979, cuando una barcaza chocó contra la estructura. Por suerte, pocos años más tarde fue restaurado y para agilizar la navegación se quitaron dos de los nueve arcos que tenía.
Este puente que atraviesa el famoso río Sena, se ha convertido en uno de los lugares más emblemáticos y románticos de los últimos años. Fue en 2008 cuando las parejas empezaron a visitarlo para colocar en sus barandales candados con sus iniciales como símbolo de amor eterno.
No se sabe con certeza dónde empezó esta costumbre entre enamorados que ha invadido puentes de todo el mundo, pero circula una leyenda que afirma que esto empezó en el Ponte de Vecchio—Puente Viejo—, en Italia. Se dice que un cerrajero quiso hacerle publicidad a su cerrajería y enganchó en la baranda uno de los candados que vendía. La historia no es tan romántica como muchos quisieran y es por esto que existe una segunda versión.
Muchos aseguran que el inicio de esta costumbre fue a partir de la novela Tengo ganas de ti, del escritor italiano Federico Moccia, en la que los protagonistas sellan su amor poniendo un candado con sus nombres en la farola del Puente de Milvio, en Roma.
¿Cuál de estas historias es la verdadera? Tal vez nunca lo sepamos, pero lo cierto es que esta tradición logró que el Puente de las Artes llegara a tener más de 700 mil candados con los que peligró su estructura: soportaba 45 toneladas, el equivalente a 20 elefantes. Por ello se retiraron los candados en 2015 y a cambio se montó la exposición de la Galerie Itinerrance, donde el tema fue l’amour.
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