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Dimitri Schostakovich

Quienes lo conocieron personalmente atestiguan que, ya en la vejez, su rostro era un asombroso depósito de gestos, lo cual reflejaba el nerviosismo que lo acompañó durante toda su vida

Prodigio del piano, considerado uno de los más importantes e interesantes compositores —y quizá el más grande sinfonista— del siglo xx, Dimitri Schostakóvich, nació en San Petersburgo en 1906.
Sofiya Vasilievna Kokoulina comenzó a impartirle clases de piano a su hijo cuando él apenas tenía ocho años, y su talento se manifestó de inmediato, a menudo Sofiya lo descubría fingiendo leer las partituras cuando en realidad tocaba las piezas de memoria.
A pesar de su increíble talento, Schostakóvich vivía aterrorizado por la situación política de Rusia.
La revolución bolchevique estalló cuando tenía 11 años, y más tarde él mismo narraría cómo desaparecieron algunos de sus amigos durante las redadas, así como las presiones políticas que en los primeros años del periodo soviético eran confusas y a veces contradictorias.
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Su familia –como otras miles que pertenecían a la clase media del país–, perdió sus privilegios y vivieron en una precaria situación económica. Estas experiencias contribuyeron aún más a su personalidad nerviosa y retraída, e inspiraron en él un discurso antibelicista que emplearía para componer buena parte de sus obras musicales.

La música, refugio y rescate

Los padres de Dimitri apoyaron el talento de su hijo a pasar de las dificultades en las que vivían, y a los 13 años consiguieron que pudiera ingresar en el Conservatorio de Petrogrado. La escuela no tenía calefacción y los alumnos iban tan abrigados que se retiraban los guantes únicamente para practicar los ejercicios. Schostakóvich recorría diariamente a pie la distancia entre su casa y la escuela, ya que a menudo las líneas de transporte fallaban.
Alexander Glazunov, director del Conservatorio, lo adoptó como su protegido. Además de supervisar de cerca su educación, Glazunov aprovechó su posición en la institución para aumentar la ración de comida que Schostakóvich recibía, lo cual fue un importante apoyo que le permitió continuar con sus estudios.
Aprendió a leer música casi solo, a los diez años ya había compuesto una ópera en piano, Los gitanos, y cuanto tenía 18 terminó su Primera sinfonía y se graduó.
La formación Schostakóvich en el Conservatorio potenció su talento; su Primera sinfonía fue un proyecto de graduación para su clase de composición. En 1926 Nikolai Malko y la Orquesta de Leningrado estrenaron esta composición, y su éxito fue histórico. De pronto ya era la estrella ascendente del panorama musical soviético. Con esta obra, se abrieron las puertas para que comenzara su carrera profesional con gran éxito internacional, y en 1927 estrenó su segunda sinfonía titulada Octubre.
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Ritmo sobre lo Inestable

La vida amorosa del compositor también fue accidentada. En 1932 se casó con la física Nina Varzar, pero surgieron dificultades entre ambos y tuvieron que divorciarse después de tres años. Poco después, Varzar se dio cuenta de que estaba embarazada y la pareja optó por reconciliarse para tener a sus dos hijos: uno en 1936, y el otro dos años después.
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En 1934 el compositor ruso sufrió por primera vez el repudio directo de Stanlin. El líder del Partido Comunista había acudido a ver la ópera Lady Macbeth of Mtsensk, y una escena sexual provocó tanto escándalo en él que decidió abandonar el recinto junto a su séquito. Dos días después se publicó en el periódico Pravda una editorial atacando a Schostakóvic.
En 1942 el compositor volvió a alcanzar el éxito con su Séptima Sinfonía, dedicada a la ciudad de Leningrado.
El impacto de esta sinfonía en la moral de los habitantes fue tal que la orquesta local decidió tocar esta pieza, a pesar de que la ciudad estaba bajo sitio por los Nazis. Los músicos que quedaban eran ancianos –los jóvenes se habían marchado al ejército– y la escasez de alimentos se había agravado a tal punto que los ensayos se hacían en ayunas.
La persecución política hacia el músico se agravó, y sus siguientes dos sinfonías fueron vetadas por el Primer Secretario de Compositores de la Unión Soviética, Tikhon Khrennikov. El funcionario las consideró demasiado oscuras y no eran el himno de victoria que buscaba la Unión Soviética en ese momento.
En 1948 el compositor fue formalmente denunciado por el Partido Comunista. Fue obligado a retractarse de su trabajo, algunas de sus obras fueron vetadas y los privilegios de su familia fueron retirados. Schostakóvic se vio obligado a trabajar para la propaganda del régimen y escribió música mediocre por encargo.
En 1953, tras la muerte de Stanlin, la figura de Dimitri se restableció. Logró componer su Décima Sinfonía, y la relación con el Partido Comunista mejoró notablemente, en 1959 fue nombrado Secretario de la Unión de Compositores Soviéticos.
Nunca quedó claro porque Schostakóvic decidió unirse en 1960 al partido que lo había martirizado en casi toda su vida.
Durante el resto de su vida logró protestar contra la violencia y las injusticias cometidas durante la guerra. Su Sinfonía No.13 conmemora la muerte de judíos durante la Segunda Guerra Mundial; e incluso intervino cuando el poeta Joseph Brodsky fue sentenciado a cinco años de trabajo forzado, junto a otros intelectuales, hasta conseguir que la pena se revocara.
La salud de Dimitri se deterioró en sus últimos años. Sufrió polio y fue atacado por una enfermedad que debilitó su mano derecha e impidió que siguiera tocando el piano. Finalmente fue el cáncer de pulmón el que acabó con la vida del gran artista y en 1975 fue sepultado en el Cementerio Nodevichy en Moscú.

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