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Dante Alighieri

«La raza humana se encuentra en la mejor situación cuando posee el más alto grado de libertad». Dante Alighieri
Dante Alighieri

Oír el nombre de Dante Alighieri es pensar, de inmediato, en La divina comedia, ese poema que nos hace recorrer el Infierno, el Purgatorio y el Paraíso, y encontrarnos en el camino a personajes como Sócrates, Virgilio y Homero, entre otros. 

Alighieri, uno de los escritores más influyentes de la literatura universal, nació en Florencia en 1265. Según alusiones autobiográficas de su obra Vida nueva y de la parte del infierno de La divina comedia, su fecha de nacimiento se sitúa entre el 21 de mayo y el 21 de junio. 

Su madre, Bella, murió cuando él tenía entre 5 y 6 años, y su padre, Alighiero, cuando tenía 18. A los 9 años, Alighieri conoció a Beatriz Portinari, quien era un año menor que él, de quien se enamoró profunda y apasionadamente y a quien vería nueve años después, pero sin tener nunca una relación.

El primer acercamiento fue cuando él tenía 9 años, y ella, 8. A pesar de que apenas coincidieron y conversaron, ella alimentó la mente de Dante para escribir sus dos obras maestras: La divina comedia y Vida nueva. En 1290, Beatriz murió, y Dante se refugió en la literatura, dedicándose a estudios filosóficos en colegios religiosos.

El pintor londinense Henry Holiday plasmó en un cuadro el segundo encuentro entre Dante y Beatriz.

A pesar de que fue Beatriz su mayor musa y el llamado «amor de su vida», Dante no se casó con ella, sino con otra mujer, con quien se comprometió desde los 12 años: Gemma. Y es que, como en esa época los matrimonios eran negociados y hasta firmados ante notario, Dante cumplió con el pacto y contrajo matrimonio en 1291.  Sin embargo, Beatriz nunca dejó de ser parte muy importante en su vida: en La divina comedia, ella aparece en el Purgatorio, y fue ella quien lo inspiró a escribir Vida nueva (entre 1292 y 1293), compuesta por poemas líricos y capítulos en prosa.

«El amor me impulsa a hablar así.»

Los estudios del artista

En esa época, muchos florentinos pertenecía a la política, y Dante no fue la excepción; además de que se hizo doctor y farmacéutico. Y a pesar de que él no quiso ejercer estas dos últimas profesiones, lo tuvo que hacer. Pero esto no lo separó de la literatura.

Como político, Alighieri también destacó, y se convirtió en magistrado y embajador. Fue en ese último cargo donde empezó a tener complicaciones: al ser designado para proponer un tratado de paz y ser mandado a Roma, el papa Bonifacio viii lo retuvo. Dante fue condenado al exilio —primero por dos años y luego de manera perpetua—, y Gemma, su esposa, se quedó en Florencia para evitar que sus bienes conyugales les fueran confiscados.

En 1315, Dante fue perdonado y se le permitiría volver a su ciudad natal con una condición: además de pagar una alta suma de dinero, debía permitir ser tratado como delincuente y someterse a un consejo público en el que se les reconociera como tal. Dante se negó y permaneció en el exilio en Roma. Murió en 1321, de malaria.

En 1999, en la Biblioteca Central de Florencia fue hallada una parte de las cenizas de Dante Alighieri, que había sido donada a este recinto y que se habían extraviado desde 1929.

Dante Alighieri y la poesía

En 1989, Louis La Favia, profesor de la Universidad Católica de Washington, aseguró haber encontrado un poema inédito de Dante Alighieri. Según el maestro de italiano, mientras buscaba críticas y referencias de La divina comedia, encontró, en un libro de manuscritos, cerca de 80 líneas que componen un poema del escritor.

En 2007, el periódico español El País, publicó que un estudio de la Facultad de Ingeniería de Bolinia, en Italia, demuestra que el rostro del escritor era «más humano y redondo», lejos de la imagen del Dante con nariz aguileña.

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