¿Qué hizo a más de 350 millones de lectores en 75 países volverse asiduos de las andanzas de Snoopy, Woodstock, Linus y el resto de la pandilla de Charlie Brown? He aquí un intento por responder a ello.
La II Guerra Mundial está a semanas de concluir en Europa y los Aliados han enviado sus últimas tropas para cercar a los nazis. En la XX División de Infantería un joven estadounidense, retraído y melancólico, que se inscribió en el ejército porque un par de años antes lo devastó la lenta agonía de su madre —por cáncer de colon—, es nombrado jefe de escuadrón y debe maniobrar una ametralladora calibre .50.
«Peanuts es un microcosmos: una pequeña comedia humana a la medida de cualquier bolsillo.» Umberto Eco
La División se topa con el enemigo: empieza la batalla y este joven, torpe, inexperto, aferrado a la ametralladora más por miedo que por defensa, de pronto se descubre frente a un soldado alemán, quien le apunta con su rifle directo a la cabeza. El nazi, amedrentado por el tamaño de la ametralladora, decide no disparar y rendirse. Sólo entonces el joven se da cuenta de que su arma estaba descargada; pudo haber muerto, pero el azar le permitió vivir, no para contarlo, sino para dibujarlo. Su nombre: Charles M. Schulz.
Historietas de domingo
Charles Monroe Schulz nació en Minneapolis, Minnesota, en 1922. Su padre —peluquero— era de ascendencia alemana [4] y su madre un ama de casa noruega [3]; aunque él los adoraba, éstos no le prestaban mucha atención.
Desde muy niño[2] fue apodado «Sparky» por su familia, en alusión a un personaje de la tira cómica Barney Google —muy célebre en los ee.uu. hasta que dejó de publicarse en los años 50—, a la que Schulz siempre fue asiduo; de hecho, si algo lo hacía feliz eran las historietas de los diarios en domingo.
Por ello, desde los 6 años de edad se entretenía dibujando a su familia y en especial a su perro Spike, un beagle que sería su inspiración para crear al perro más célebre de los cómics: Snoopy.
De li’l Folks a Peanuts
En 1947, al regresar de la guerra, Schulz se dedicó a publicar una tira cómica —en un diario local de Minnesota— en la que mostraba situaciones cotidianas de un grupo de niños y en donde aparecieron por primera vez Schroeder, Snoopy y el mismo Charlie Brown: Li’l Folks.
Entonces Schulz firmaba como «Sparky» y así lo hubiera hecho de por vida, de no ser porque en 1950 se acercó a la United Feature Syndicate —una asociación de periódicos— para ofrecerles su trabajo.Le respondieron que le darían una oportunidad, pero antes debía hacer dos modificaciones: elegir otro nombre como ilustrador —«Sparky» ya estaba registrado— y cambiar un poco el formato y el nombre de su historieta para hacerla más llamativa.
El editor en turno sugirió el nombre de Peanuts —que significa «nimiedades»— para el nuevo cómic.
A Schulz jamás le gustó ese título pero,
a falta de otra opción, aceptó «mientras ideaba uno mejor»; como tampoco encontró otro apodo que lo convenciera, a partir de entonces decidió sólo firmar con su apellido. Así, el 2 de octubre de 1950 se publicó —en siete diarios simultáneos de los ee. uu.— la primera tira de Peanuts, con Charlie Brown como personaje central.
Cine y tv
Debido al éxito de la historieta, Schulz recibió muchas peticiones —sobre todo de marcas comerciales— para crear animaciones con sus personajes. Él siempre se negaba debido a que no encontraba quién pudiera hacer una adaptación sin perder la esencia de su obra. Hasta que conoció a José Luis Cuauhtémoc «Bill» Meléndez (Hermosillo, Sonora, 1916), quien ya llevaba una notable trayectoria como animador, productor y director de cintas animadas para Disney —Bambi, Fantasía, Dumbo—, la Warner Brothers —con el legendario Leon Schlesinger y sus Looney Tunes— y con el célebre Dr. Seuss.
Meléndez justo acababa de fundar una modesta agencia de animación: hizo pruebas de adaptación de Peanuts y el resultado fascinó a Schulz al grado de que sólo permitió a Meléndez que supervisara ese trabajo.
La nueva cinta que se estrena a finales de 2015 —con técnica de animación de 3d—, a decir de sus realizadores, intenta respetar el tono y el ritmo de cuanto Schulz y Meléndez desarrollaron durante 40 años de trabajar juntos. Ya veremos cómo la reciben los niños y los ya asiduos a la caricatura.
Ahora te presentaremos a la pandilla para que puedas reconocerlos mejor cuando veas la nueva película, y te recomendamos tener la edición 134 de Algarabía, especial de Peanuts.