Mané: Silvia Pinal interpreta a una «mujercita» joven, rica y moderna, con ideas que se antojan radicales para su época: «¿Yo? ¿Ser una de esas mujeres maternales que se dejan engordar a los 30 años?, ¿a las que les estorban los tacones y que los maridos besan en la frente? Jamás».
Tras el más inolvidable y divertido «cuete» que se pone con Cruci —un mecánico, interpretado por Pedro Infante—, su reputación termina comprometida y se ve obligada a casarse con un hombre a quien ella y sus padres —Sara García y óscar Ortiz de Pinedo— consideran muy por debajo de su nivel.
Fragmento de El inocente donde Pedro Infante y Silvia Pinal se emborrachan en Año Nuevo.
Cruci: —de crucigrama— como lo llaman sus amigos, aunque mecánico, es digno, orgulloso y estudia ingeniería por las noches; rendija por la cual la diferencia entre clases se salva. Cutberto Gaudázar rescata a Mané de la carretera: le canta, la enamora y la «doma» hasta hacerla reconocer que lo quiere… «¿Tanto, como para ser la mujer de un mecánico y vivir de lo que él gane?», pregunta su mejor amigo —interpretado por Pedro D’Aguillon, Ariel al Mejor actor de cuadro en 1957—. Sí. Mané cede, y por amor está dispuesta a «hacer el cafecito y a lavar toda la ropa, y a cuidar a los chamacos».
Equipo: Raquel y Luis Alcoriza escribieron esta historia cinematográfica que transcurre en la víspera de Año Nuevo en una casa del Pedregal de San Ángel y, más tarde, en Acapulco, cuando empezaba su auge como centro turístico. La producción estuvo a cargo de Antonio Matouk y óscar Dancigers. El elenco incluía también a la célebre Maruja Grifell, a Armando Sáenz, y al Trío Samperio, que acompaña a Pedro cuando canta «No volveré», de Manuel Esperón y Ernesto Cortázar.
