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Algunos arcaísmos

Arcaísmo. Palabras de diccionarios, de la Biblia o de la barra infantil de los años 70.

Tilico: Hace varias décadas —en los años 70, para ser más precisos— existió un presentador de programas para niños llamado Jorge Gutiérrez Zamora. Además de ser «la voz» de la entrada de El Chavo del Ocho, el buen hombre aparecía entre caricatura y caricatura para divertir a los pequeños con bromas o canciones, y animarlos a enviar cartas de retroalimentación para la barra infantil del canal 8.

Pero Gutiérrez Zamora no aparecía solo, interactuaba con un extravagante personaje: «la Calaca Tilica y Flaca», un títere en forma de esqueleto bailarín y desvergonzado que usaba peluca y una banda jipiteca —o en su defecto, un gorro de Mickey Mouse— y fingía regañar a los chamacos para entretenerlos.

De aquella época recordamos que la palabra tilico era muy frecuente; se trata de un término mexicano que describe a una persona flaca, débil y escuálida, de esas que tienen la piel «pegada al huesito». Por supuesto, la tilica mayor es la Muerte misma, como dice el Diccionario de mexicanismos de la Academia Mexicana de la Lengua: se trata de la «figura del esqueleto humano como símbolo de la muerte».

Vía Canva

Por otra parte, el Diccionario de mexicanismos de Francisco J. Santamaría agrega que tilico es un «eufemismo, por tonto, apocado, cobarde, pendejo». Lo cierto es que el término se usó, sobre todo, para referirse a alguien enclenque, desde mucho antes. Ya en los años 40 aparece en historietas la triste vida de un niño flaco al que secuestran y explotan en los barrios pobres, donde lo apodan el Tilico. Este drama infantil volvió a publicarse en los años 60 por la Editorial Capricornio, especializada en cómics similares a los de Lágrimas y risas.

Hoy no es frecuente referirse a alguien como tilico, a menos que se trate de la «Calaca Tilica y Flaca» en fechas relacionadas con el Día de Muertos. Actualmente, los niños no tienen que cartearse con el esqueleto hippie del canal 8 -a quien desde hace décadas no se le ve en televisión-, ni tienen que escuchar el amenazador tema musical que tan alegremente cantaba don Jorge Gutiérrez Zamora:

Yo les aconsejo a mis amigos
que obedezcan siempre a sus papás.
Si se portan mal nomás les digo
como la calaca han de quedar.

La Biblia narra que después de la tentación y el pecado de Adán y Eva, Dios castigó a los hombres: «Ganarás el pan con el sudor de tu frente, hasta que vuelvas a la tierra, de donde fuiste sacado. ¡Porque polvo eres y al polvo volverás!» -Génesis 3:19-. Esta última expresión, citada frecuentemente en los servicios funerarios, nos sirve de preámbulo para las siguientes palabrotas que se relacionan con nuestro cuerpo… vivo o muerto.

Extremaunción, una preparación espiritual para el paso a la vida eterna.

Extremaunción: viene del latín ŭngĕre, ‘untar’. Es uno de los sacramentos de la Iglesia católica —aunque también se practica en otras iglesias cristianas, como la ortodoxa y la anglicana—, y conocido como la unción de los enfermos. Cuando una persona llega a edad avanzada, lo aqueja una enfermedad grave o corre peligro de muerte, el sacerdote unge con un óleo sagrado sus manos y su frente para que reciba ánimos y paz, o bien, para por su salvación.

Vía Catholic Link

Muchos científicos recurren a la exhumación para completar investigaciones históricas.

Exhumación: Proviene del latín exhumare —ex, ‘afuera’ y humus, ‘tierra’—. Es la acción de sacar de la tierra algo que estaba enterrado, en especial cuando se trata de restos humanos. En la mayoría de las culturas este acto es considerado una falta de respeto, y en algunos casos, un grave delito. La exhumación se realiza en situaciones extraordinarias, como investigaciones judiciales o cuando es necesaria la reubicación de un cuerpo.

Se cree que la primera inhumación se realizó hace 100 mil años.

Inhumación: Tiene la misma raíz que la palabrota anterior, sólo que su sentido es inverso: humus, ‘tierra’, más el prefijo in-, ‘en’, y por tanto, ‘enterrar’. Es la acción de sepultar algo en la tierra. Los entierros humanos son una de las formas más antiguas de prácticas religiosas. En muchos casos es un ritual que honra el cuerpo del difunto y lo prepara para su paso a la siguiente vida.

En algunas religiones, la inmolación es una forma de llegar sin pecado al reino de los cielos.

Inmolación: Proviene del latín immolare, que a su vez se deriva de mola, ‘harina’ o «la muela del molino». Antiguamente, cuando se realizaba un sacrificio humano, se esparcía harina en el cuerpo de la víctima. Es la acción de sacrificar, de ofrecer a los dioses algo de mucho valor —incluso una persona— para obtener un favor. Por extensión se le llama así al suicidio que se hace por motivos religiosos o de protesta, y al acto de sacrificarse por el bien de los demás.

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