De acuerdo al taoísmo, el tao —‘vía’ o ‘camino’— busca lograr la conjunción entre el hombre, la naturaleza, el tiempo y cuanto lo rodea. En su concepción siempre se encontrará la conjunción de los opuestos que, a su vez, forman una totalidad, como el caso del yin y el yang. Para ellos este camino siempre conduce a la inmortalidad.
El yin y el yang es el sentido de los opuestos, la compenetración de lo distante que al unirse generan movimiento. El yin es lo femenino, lo oscuro, lo nocturno, lo húmedo, y su símbolo es el tigre, que representa el dominio sobre la tierra. Por otro lado, el yang es lo masculino, lo luminoso, lo diurno y es el dragón, gobernador del cielo, quien lo representa. Desde un punto de vista biológico, las hembras del tigre precisan de varios actos sexuales para quedar preñadas, ya que necesitan una mayor cantidad de semen.
Las Tigresas Blancas pensaban que el sexo constituía una forma de iluminar el camino y alcanzar la eterna juventud, puesto que en las doctrinas orientales la energía sexual guardada en el ser humano es la más fuerte.
La preparación
Tomaba nueve años convertirse en una Tigresa Blanca. Tres periodos de tres años cada uno: en el primero, de restauración, se debía tener el mayor número de felaciones y aprovechar con ello un mayor ímpetu de la energía sexual; el segundo, de conservación, estaba dedicado a acumular y canalizar el chi o ‘energía vital’; por último, el periodo de refinamiento, en el cual, a partir de la actividad sexual se llegaba a la plenitud de la conciencia y del espíritu. En su ideología el uso de la boca remitía más a los comportamientos juveniles con los que se descubren muchas sensaciones en los primeros años de vida. Por otro lado, con el sexo oral se logra que los músculos de la cara se ejerciten constantemente, con lo que tanto la mujer como el hombre alcanzan un mayor nivel de excitación y el orgasmo resulta más placentero.
El semen era el instrumento con el cual la mujer lograba prolongar su juventud. En vez de tragarlo, lo untaba por la piel de sus pechos y rostro para después retirarlo. Se cree que una de las propiedades del semen era volver a la piel más tersa y suave. La seducción era el arma para encontrar a más de una pareja. Tenían dos tipos de parejas: los Dragones Verdes con quienes no podían mantener relaciones duraderas y los Dragones de Jade, que eran una suerte de mecenas para la mujer que emprendía este camino.
Las prácticas sexuales eran acompañadas de otras técnicas como el Kung fu, los automasajes y yoga, aparte de una dieta especializada con la finalidad de mantener una buena salud y prevenir enfermedades de transmisión sexual.
Hoy en día no es posible asegurar la existencia de las Tigresas Blancas, ya que por mucho tiempo fueron tildadas de inmorales, indecentes y prostitutas, por lo que su oficio se vio mermado.
Sigue leyendo: