La realidad es inverosímil y maniquea, pero es la realidad.
Gabriel García Marquez
Tim Burton sabía desde pequeño que lo extraño, lo bizarro, lo inasible, lo loco, lo weirdo, lo rarito, lo poco común, es una forma de contraatacar la realidad, que a veces es aburrida y otras tantas, insoportable. Y en Algarabía también lo sabemos, no sólo lo extraño nos ayuda a salirnos de nuestra cotidianidad y el tedio, también introduce lo sorpresivo, lo que llega sin esperarse: «sólo la casualidad nos habla», diría Kundera, y también lo que no entendemos y lo que no forma parte de la realidad o de lo común y corriente. Lo sobrenatural, lo mágico, lo que da paso a la ilusión y al asombro.
Y por eso, este número 159, aunque variadito —a nuestra más añeja usanza— tiene como hilo conductor lo inaudito, aquello que hechiza y nos hace volar por los aires: desde la historia del propio Burton, hasta el origen de la magia y la alquimia; los grimorios, los objetos que hacen de una bruja, una verdadera bruja; los pueblos mágicos de este México —Catemaco no puede quedar afuera— y por qué lo son; el famoso magazo Beto el Boticario, el abracadabra y otras palabras mágicas y la propia varita, desde la que usó Merlín hasta la que empleó Hermione. También hablamos de las deliciosas papas y por qué son el alimento del mundo; de que Newton no era agnóstico, de la palabra pretexto y de los ocho presagios de la Conquista de México.
Hipnotistas, prestidigitadores, magos, ilusionistas, escapistas, clarividentes y hechiceros del mundo: uníos en la magia de leer, de leer Algarabía que, además, a partir de este número estrena un diseño más limpio de portada.
María del Pilar Montes de Oca Sicilia