En 1899, mientras trabajaba en su laboratorio de Colorado Springs, Nikola Tesla descubrió unas señales rítmicas con ayuda de su transmisor de aumento. Aunque había detectado el ruido cósmico por primera vez, Tesla pensó que era una forma de vida inteligente de otro mundo tratando de comunicarse con la Tierra. Al año siguiente, la Cruz Roja le pidió que dijera cuál sería el mayor logro que podría tener la humanidad en el siglo que comenzaba. La siguiente carta fue su respuesta.
Han pasado mas de 100 años, seguimos mirando al firmamento con amor, pero aún no recibimos la tan anhelada respuesta proveniente de otro planeta.
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