¿Cuánto medía el mamut? «Como tres chuchos» –dijo el cazador cavernícola–. ¿Y dónde lo encontraste? «A mil pasos de la piedra roja.»
El pie, la mano, el pulgar, la vara son los primeros instrumentos de medición que usó el hombre. Pero estas unidades tenían un problema: eran, y siguen siendo, arbitrarias, imprecisas, cambian de un lugar a otro y, lo que es peor, de una persona a otra. Mi pie y mi pulgar miden distinto que los de mi hermano. De ahí surge la necesidad de crear acuerdos para fijar lo que hoy conocemos como sistema de medidas.
Uno de los primeros que intentó establecer un sistema único de medidas fue Carlomagno, quien trató de imponer las unidades «parisinas» en toda Francia.
El emperador fracasó porque los nobles y los comerciantes se beneficiaban con la confusión en las conversiones de una medida a otra. Pero la gran idea surge en la época de la Revolución Francesa, cuando la Asamblea Nacional le pide a la Academia Francesa de las Ciencias que forme una comisión de científicos para que desarrollen el sistema de medidas de la nueva república, el cual debía estar basado en dos principios fundamentales: la observación científica y la fracción decimal.
Joseph-Louis Lagrange
De esta manera surge el Sistema Métrico Decimal que utilizamos hoy en día. La unidad de longitud fue definida por Joseph-Louis Lagrange y Pierre Simon Laplace, entre otros, como una diezmillonésima de la cuarta parte del meridiano terrestre que pasa por París.
Esta definición fue aceptada por la Asamblea Nacional el 26 de marzo de 1791 y recibió el nombre de «metro» en 1793.
Pero, ¿qué quiere decir 1/10’000,000 del meridiano terrestre que pasa por París? Entendámoslo a través de los siguientes pasos:
1. trace una línea imaginaria sobre un globo terráqueo que pase por los polos y por París: obtuvo el perímetro o meridiano de la Tierra.
2. divida esta línea en cuatro partes iguales y tendrá la longitud del cuadrante.
3. ahora divida el cuadrante entre diez millones y obtendrá un metro.
La definición del metro reflejaba el gran interés de los científicos franceses en la figura de la Tierra.
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El nuevo sistema métrico se adoptó oficialmente en Francia el 7 de abril de 1795 y se formalizó mediante un decreto donde se adoptaron las definiciones que usamos ahora.
Para contar con un metro modelo se construyó una barra de metal con las medidas que se tomaron a partir de las mediciones de arco de meridiano que hizo Nicolas Louis Lacaille en 1740.
El metro patrón de 1889 fue verificado y en 1892 se abandonó la referencia al meridiano terrestre.
El 20 de mayo de 1875, los delegados de 17 países, incluido ee.uu, firmaron en París el Tratado del Metro, en el que designan la Oficina Internacional de Pesas y Medidas que se establece en el Pavillon de Breteuil, cerca de París. En 1889 le son encargadas a una casa inglesa las barras que servirían de patrón internacional, mismas que son fabricadas de una aleación de platino —90%— e iridio —10%—, tomando como medida el metro francés original.
La definición válida para el metro fue determinada en 1983 por el xvii Consejo General de Pesas y Medidas —CGPM— como «la longitud del camino atravesado por la luz en el vacío durante un intervalo de tiempo de 1/299’792,458 de un segundo». Esta definición fija la velocidad de la luz en 299’792,458 metros por segundo exactamente.
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