No conozco a muchos griegos —de hecho, sólo a un par— ni a muchos judíos, pero sé que a ellos debemos la expresión «rasgarse las vestiduras».
Y, aunque la rae designa esta frase para referirse a alguien que se escandaliza excesiva e hipócritamente por algo que otros hacen o dicen, originalmente, el acto de desgarrarse la ropa era —y sigue siendo en algunos casos— una manifestación de dolor sincero por la pérdida o el sufrimiento de algún ser querido. Homero mismo narra la costumbre practicada en los funerales griegos, en que los dolientes rasgan sus vestidos para hacer público su duelo.
Actualmente es común escucharla en boca de los políticos, cuando se burlan de la intolerancia o fanatismo de
algún colega; sin embargo, en la antigüedad, el acto de rasgarse las vestiduras era también una manifestación de indignación que señalaba un ultraje, pues, al recibir una ofensa, el agraviado desgarraba su ropa como muestra de la afrenta y en espera de algún acto reparador.
De hecho, hay varios pasajes bíblicos en los que se hace referencia a esta práctica, como el Segundo Libro de los Reyes, 6:30, en el Antiguo Testamento, que dice: «Cuando el rey oyó las palabras de aquella mujer, rasgó sus vestidos; y como pasaba sobre el muro, la gente vio el cilicio que llevaba sobre su carne». Claramente un acto de inconformidad, desaprobación y dolor.
Rasgarse las vestiduras
Origen de la frase «rasgarse las vestiduras», que se usa para indicar que alguien reacciona de forma exagerada.
- lunes 4 junio, 2018
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