Claramente la pandemia de coronavirus, el patógeno que causa la enfermedad COVID-19, ha ampliado nuestro vocabulario y ha hecho que usemos palabras que antes estaban bien guardadas en los libros. La Real Academia Española (RAE) sabe bien a qué nos referimos y por eso ha agregado a su diccionario palabras como coronavirus, COVID-19 y cuarentenear. Hay un concepto más que ha surgido en el actual contexto de vacunación: tripanofobia, el cual quiere decir “miedo a las agujas” y puede llevar a quienes lo padecen a no querer ser inoculados contra el coronavirus.
No se trata, por supuesto, de una simulación o de una exageración. A algunas personas, ver agujas les puede ocasionar ansiedad, sudoración, taquicardia… Por supuesto, la cuestión va más allá del hecho de que “no te guste” inyectarte.
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La gran pregunta es cómo pueden hacer para vacunarse las personas que tienen esta fobia. Y, como ocurre con otros miedos, la respuesta es sencilla aunque requiere de trabajo: necesitan ir a terapia psicológica para, en primer lugar, confirmar el diagnóstico y para, en caso de que este se confirme, explorar las razones del origen de la fobia e ir afrontándola de manera paulatina.
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