Las imágenes en vitrales y manuscritos medievales de tiernos conejitos ejerciendo una terrible violencia hacia las personas es a la vez adorable y ominosa.
La imagen ordinaria del conejo
En el arte de la Edad Media era frecuente que el conejo simbolizara pureza y desamparo. Es por eso que algunas imágenes de Cristo tienen en sus márgenes un zoológico de inocentes conejitos blancos y cafés brincando por el campo.
Asimismo, es muy común asociar al conejo con la fertilidad. Al igual que el término «pollo» ha sido asociado con el miembro masculino, la palabra anglo franca para conejo, conil, se transformó en el siglo XIV a coney, mientras que en español, conejo viene del latín cunicŭlus, que tiene una pronunciación muy similar al moderno término coño, por lo cual pasó a ser la connotación para esa parte femenina.
Las razones son muy sencillas: hablamos de peludas madrigueras, y dejémoslo así. Pero con esto aún no hemos respondido a la pregunta sobre los violentos conejitos.
Drolleries
Se pueden ver muchas cosas raras en los manuscritos medievales: extraños híbridos entre humanos y animales, monstruos distorsionados y escenas extravagantes. Éstas son usualmente catalogadas como Drolleries o Grotesques.
Las Drolleries algunas veces ilustran escenas cómicas, como un barbero con una pierna de madera —que, por razones inexplicables, era de lo más cómico en la Edad Media— o un hombre es que es serruchado como si fuese una rama… lo cual nos trae a la mente un particular tipo de Drollery: el «Mundo al revés».
La venganza de los conejos
Como los conejos y las liebres eran a la vez símbolo de cobardía, inocencia, desamparo y de una pasiva pero incipiente sexualidad —muchas imágenes medievales muestran a lobos saltando sobre conejos—, es probable que la idea de que ellos tuvieran su revancha asombraba a los artistas de la Edad Media.
En los manuscritos medievales la imagen de la venganza de los conejos es usada para mostrar la cobardía o la estupidez de la persona ilustrada.
Vemos esto en el sobrenombre Stickhare, utilizado en el Middle English, para calificar a los sujetos cobardes, y si revisamos las imágenes de este tipo, encontraremos muchas de cazadores atemorizados que son golpeados con largas varas por conejos.
La imagen de la revancha de los conejos trascendió de los manuscritos ilustrados. En el Roman de Renart —reunión de poemas satíricos y épicos del siglo XIII—, por ejemplo, tenemos al personaje Cobarde —una liebre—, que captura a un hombre desarmado y acaba colgándolo de una vara.
En fin, te invitamos a leer Algarabía 150 para que conozcas mejor a estos orejones, también a los caracoles de combate y los perros antropomorfos.
1 Se le conoce así al inglés hablado en Inglaterra entre los siglos XI y XV.