¡Qué lata con los pronombres! Que si llevan acento, que si no, que no sabe cuáles son —a pesar de usarlos todos los días, y aparte usarlos mal—, etcétera. Para que ya no se torture con esas dudas y aprenda a distinguirlos y emplearlos de manera adecuada, aquí se los desglosamos.
Los pronombres son palabras que sustituyen a un nombre o sustantivo. Existen varios tipos: personales, demostrativos, posesivos, indefinidos y relativos.
Personales
Se refieren a las personas o los sujetos que no se mencionan y se clasifican en dos tipos:
Mario y yo compramos flores para la maestra.
flores es el objeto directo, puede cambiarse por el pronombre las. La maestra es el objeto indirecto, puede cambiarse por el pronombre ella
Mario y yo las compramos para ella.
Demostrativos
Son los que indican algo que se encuentra cerca o lejos del hablante o del oyente. Se escriben con acento para diferenciarlos de los adjetivos demostrativos.
Esta cerveza es buenísima.
Esta es adjetivo. Si se sustituye cerveza.
Ésta es buenísima, ésta es pronombre.
Posesivos
Indican que algo pertenece a alguien. Pueden ir acompañados de un sustantivo al que califican o de un artículo.
Indefinidos
Se refieren a personas u objetos de los cuales no puede especificarse de qué, de quién o de cuántos se habla.
Relativos
Se refieren a una persona, animal u objeto que se mencionó antes, y se denominan antecedentes.
Esperamos que con esta sencilla guía haya disipado sus dudas y preocupaciones sobre el uso de los pronombres.
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