Es el filósofo más destacado en la cultura española de la primera mitad del siglo XX, nació en 1883 en Madrid dentro de una familia ilustrada, liberal y burguesa. Con un linaje de escritores —su padre fue director del periódico El Imparcial, fundado por su abuelo materno— se desarrolló en la política, el periodismo y los proyectos editoriales.
Ya siendo doctor en España viajó a Alemania en 1905 en donde estudió con las «musas alemanas» —las corrientes filosóficas neokantianas— su germanismo le acompañó en el resto de sus escritos. Él estaba convencido de que España estaba enferma, tanto en la raza como en la sustancia, especialmente si se le comparaba con el desarrollo general del resto de Europa.
Fue alumno de Husserl —el creador del pensamiento fenomenológico—, tuvo relación con autores de la llamada generación del 98 —entre quienes destaca Miguel de Unamuno, Pío Borja y Antonio Machado— y luego fue influencia del grupo perteneciente a la generación del 27 —Federico García Lorca, Pedro Salinas y Remedios Varo– y fundó La Revista de Occidente.
A diferencia de otros filósofos cuya escritura críptica los vuelve inaccesibles, José Ortega y Gasset decidió usar una escritura clara y accesible, inspirada en los textos de Cervantes, con un estilo similar al del Quijote, porque «la claridad es la cortesía del filósofo».
«Yo soy yo y mis circunstancias, si no las salvo a ellas no me salvo yo»
José Ortega y Gasset
Su propuesta filosófica más revolucionaria fue proponer el ser como un sujeto que se forma a sí mismo y que es formado por su ambiente, con ello cancela la idea de que el sujeto es un ente independiente de la sociedad, aislado y por lo tanto absolutamente autodeterminado.
Además planteó el perspectivismo en el cual la realidad radical es la vida misma que es inasequible para cualquiera de sus observadores, pues cada uno cuenta con una realidad fragmentada de acuerdo a su experiencia y perspectiva, es decir que, para Ortega y Gasset no existen verdades absolutas, ni mucho menos eternas, pero no por ello se decantó por el relativismo
En su libro, La rebelión de las masas, trata el papel fundamental de los individuos que toman actitudes de rebaño y terminan determinando las políticas públicas sin tener la preparación suficiente para hacerlo. Esto hace evidente la necesidad de elevar el nivel cultural de los individuos.
Murió el 18 de octubre de 1955, en Madrid, tras su muerte se creó el rumor de que se había reconciliado con la iglesia — a la cual había criticado con dureza en el pasado— pero luego fue desmentido.