¿A poco no, luego luego, se acuerda de algún western al ver este paisaje? Pues todo fue culpa del amo y maestro del género, John Ford (1894-1973), que hizo del Monument Valley —«el Valle de los Monumentos [de piedra]»— locación principal de películas como Stagecoach —La diligencia— (1939), My Darling Clementine —Pasión de los fuertes— (1946), Fort Apalache —Sangre de héroes— (1948), The Searchers —Centauros del desierto— (1956) o Cheyenne Autumn —El otoño de los cheyenes— (1964). No es de sorprender que hayan desfilado por ahí también Indiana Jones, Forrest Gump, Thelma y Louise, o Marty McFly.
¿Meseta, depresión o valle?
Dejando de lado su filmografía, geográficamente esta región forma parte de la meseta del Colorado, la cual cubre un área de 337,000 km2 e incluye el famoso Monumento de las Cuatro Esquinas, que no es más que la frontera entre los estados de Utah, Arizona, Colorado y Nuevo México. Geopolíticamente hablando, el Monument Valley está dentro de la reserva de la Nación Navajo, adonde se puede ingresar por la Ruta Federal 163.
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El Valle de los Monumentos se trata más bien de una depresión, debido a que está rodeado de estructuras rocosas y mesetas; no obstante, se eleva entre 1,500 y 1,800 m sobre el nivel del mar. Gracias a dicha altura, el ecosistema desértico raras veces supera los 38°C, aunque ha tenido temperaturas récord de 42°C en julio, así como inviernos de hasta -23°C en diciembre, donde la nieve apenas dura dos o tres días. Eso sí, el Monument Valley para nada se trata del lugar más inhóspito de EE. UU.: ahí está el perfectamente nombrado Death Valley en California.
Arenas rojas de Monument Valley
Ahora bien, el característico color rojizo del valle se debe al óxido de hierro (III), el cual se produce a partir de la erosión de la limolita que abunda en la región; por otro lado, las rocas más oscuras, que incluso denotan una coloración azul grisácea, contienen óxido de manganeso (IV). En cuanto a las elevaciones rocosas, llamadas buttes o cuellos volcánicos —por su más probable origen—, se tratan de rocas estratificadas erosionadas durante millones de años. El butte más famoso del Monument Valley es el conocido «Eye of the Sun» —‘el Ojo del Sol’—. No tan famoso como John Wayne, pero casi.
La limolita es una roca sedimentaria clástica cuyo grano es más fino que el de la arenisca, pero más grueso que el de la arcilla