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Mitos de la natación que te dijeron tus abues

¿Quién no ha escuchado la regla de que hay que esperar 30 minutos después de comer para nadar, si no te puedes ahogar?

Se trata de una creencia con la que hemos tenido que lidiar con impaciencia. Si bien es cierto que durante el proceso de digestión la sangre se dirige al estómago para procesar los alimentos, esto no significa que el resto del cuerpo se quede sin sangre, o que sea incapaz de funcionar adecuadamente.

Pero esa no es la única idea a la que nos hemos enfrentado respecto a la natación, y que posiblemente sólo servían para educarnos y tomar precauciones . Revisemos algunas de ellas, y las explicaciones que terminan con esas falsas creencias:

«Si comes y nadas, te acalambras»

Para terminar con este asunto, no existe información científica ni estudios que relacionen directamente el consumo de alimentos con el riesgo de sufrir un accidente mientras se nada. Sin embargo, siempre es bueno cuidar este aspecto.

Expliquemos qué son los calambres y esas punzadas por las costillas. Los calambres son movimientos espasmódicos involuntarios que surgen durante el ejercicio. La mayoría de los casos se deben a la falta de hidratación y electrólitos, o a la fatiga. En cuanto a las punzadas, que son dolores muy intensos debajo de las costillas, aún no se sabe con exactitud qué puede provocarlas. Sin embargo, algunos estudios han demostrado que los nadadores son más propensos a sufrir estas molestias que los corredores.

«Come muy bien antes de nadar»

Cuida esto. El ingerir alimentos grasosos antes de nadar puede provocar una sensación de pesadez. Mejor consume comida ligera, como ensalada o frutas.

Un pequeño refrigerio puede brindarte la energía necesaria para rendir mientras estás en el agua. Muchos nadadores suelen disfrutar de forma segura de un pequeño sándwich o una barra de proteínas antes de saltar al agua. De hecho, asegurarse de mantener altos los niveles de azúcar en la sangre es mucho mejor que sufrir un mareo en el agua debido al hambre, pero tampoco quieras salir por unas alitas picosas y luego saltar directo a la piscina.

Es poco recomendable hacer alguna actividad física después de comer demasiado, ya que se pueden experimentar nauseas. Esto aplica tanto para nadar como para correr.

«Aguanta la respiración mientras nadas»

Contener la respiración en el agua resulta instintivo, pero la idea de que tienes que contener la respiración bajo el agua es un mito. De hecho, va en contra de los ritmos naturales al nadar. Lo correcto es exhalar o hacer burbujas cuando se está bajo el agua, preparando a los pulmones para llenarlos de aire cada que se salga a la superficie.

Esto significa que no tendrás que preocuparte por exhalar e inhalar en el corto tiempo que tu cara sale del agua, ya que esto es ineficiente. Para lograr tus mejores tiempos de nado, solo tendrás que practicar y acostumbrarte a exhalar bajo el agua. ¡Pide ayuda a tu entrenador!

«El cloro te está volviendo el cabello verde»

Contrario a la creencia popular, no es el cloro el que provoca este fenómeno. En realidad es agua pesada de cobre. Por lo general, el metal se cuela en la piscina debido a las tuberías o bobinas de calefacción. Si tu cabello está teñido de rubio, probablemente notes más algunos tonos verdes en algunas mechas de tu cabello después de nadar.

¡No te preocupes! No tienes que lucir mechones verdes de por vida luego de tus clases de natación. Con sólo enjuagar el cabello rápidamente, o lavando suavemente con agua de limón después de nadar puedes eliminar el tinte.

Una de las mejores formas de derribar mitos y llenar la vida es aprendiendo todo lo que puedas.

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