Esta idea, que se menciona repetidamente en caricaturas y frases, y que todos asumimos como una verdad plena, es en realidad un «malentendido».
Lo que en verdad hacen los camaleones es «cambiar de color» como resultado de estados emocionales; por ejemplo, cuando tienen miedo, cuando se pelean, al toparse con otro camaleón del sexo opuesto y, a veces, por fluctuaciones de luz o temperatura. Esto sucede porque la piel de un camaleón tiene varias capas de células llamadas cromatóforos y cada una contiene pigmentos distintos; cuando el equilibrio de estas capas se altera, su piel refleja distintos tipos de luz.
El primero en «documentar» el mito de que los camaleones se mimetizan, fue Antígono de Caristo —hacia el año 240 a.C.—; sin embargo, Aristóteles ya había relacionado su cambio de color con el miedo. No fue sino hasta el siglo xx que se generalizó este mito, debido a la influencia del cine y la tv.
Por otro lado, los camaleones comen muy poco y pueden permanecer inmóviles durante horas; de ahí la errónea idea de que «se alimentan de luz y aire». También pueden fijar cada ojo de forma independiente para mirar en dos direcciones distintas a la vez. Por cierto, la Biblia prohíbe comerlos.
Información tomada de The Book of General Ignorance, Lloyd & Mitchinson, Faber and Faber Limited: London, 2006.
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Mito: Los camaleones se mimetizan con el ambiente
Esta idea, que se menciona repetidamente en caricaturas y frases, y que todos asumimos como una verdad plena, es en realidad un «malentendido».
- lunes 18 febrero, 2013
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