Este argumento es muy útil para preservar los árboles —indispensables para concretar el llamado «ciclo del agua»— pero es una lástima que sea falso.
En realidad, la mayoría del oxígeno que hay en el planeta es producido por las algas marinas como desecho de su fotosíntesis. Las algas de color verde azulado son una de las formas de vida más antiguas en la Tierra: se han encontrado fósiles con más de 3 600 millones de años.
Durante mucho tiempo se pensó que las algas eran plantas, pero ahora se sabe que son cianobacterias, por lo tanto, son las únicas procariotas —microorganismos unicelulares sin núcleo definido— que pueden producir su propio alimento.
Por cierto, la mayoría de los yacimientos de petróleo y gas fueron producidos por algas prehistóricas.