Un desierto es un lugar donde las precipitaciones anuales son inferiores a 254 milímetros. En el del Sahara caen 25 milímetros de lluvia al año; en contraste, en el de Atacama, en Chile, hay lugares donde no llueve desde hace más de 400 años y la media anual de precipitación es de 0.1 milímetros.
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Sin embargo, ninguno de éstos es el lugar más seco de la Tierra, pues éste se ubica en la Antártida. Aunque ahí se encuentra 70% del agua congelada del planeta, hay una zona conocida como Valles Secos —que corresponde a 2% del continente antártico—, donde los vientos catábicos —que alcanzan 320 kilómetros por hora— junto con las bajísimas temperaturas, evaporan toda humedad y han impedido cualquier presencia de agua desde hace más de 2 millones de años.
Irónicamente, a estas zonas tan secas los científicos las han denominado «oasis», y son los lugares donde la nasa ha puesto a prueba varios de sus instrumentos que luego ha enviado a Marte, debido a la similitud climática con el llamado «planeta rojo».