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Mi pub favorito

Los auténticos pubs no tienen servicio a la mesa, a menos que alguien esté comiendo. Usted se dirige a la barra y ordena una cerveza.
Mi pub favorito

La palabra pub es la manera informal en que los angloparlantes se refieren al public house, una especie de bar, fundamental en la cultura británica y en la mayoría de los países de la Commonwealth: Irlanda, Australia y Nueva Zelanda.1

Imagine que pasa un largo fin de semana en Londres. Quizá vaya a Harvey Nichols, la tienda departamental de moda; después a dar un paseo por Sloane Street hacia la General Trading Company: aquí es donde las hijas de la clase media alta, o las personas que así se conciben —las sloane rangers—, ordenan sus regalos de bodas. En Sloane Square usted da vuelta hacia King’s Road y camina con tranquilidad por un largo rato hasta que se siente perdido. Peor aún, el vecindario se llama World’s End —«El fin del mundo».

¿Se terminó King’s Road? No, sólo serpentea, da vueltas, y se convierte en New King’s Road. Pasa una pequeña área verde al aire libre, casi como el prado de una villa, y después otra. Ha sido una placentera mañana o tarde: viendo tiendas y personas mientras camina. Ahora puede descansar, tomar un trago, comer o cenar. No aseguro qué tan bueno será su descanso, pero la bebida y comida tienen el potencial de ser memorables.

Un pub a la vista

Un buen pub inglés tiene un aspecto específico. ¿Cuál? Pues el de un pub. Usted puede darse cuenta porque no es un bar ni un restaurante. Ésta es una de las maravillas de un auténtico pub: se descubre con facilidad, aun cuando esté escondido —algunos de los mejores lo están—. Es una institución inglesa; existen en Gales también, pero los hoteles y bares en Escocia e Irlanda tienen su estilo particular, muy distinto.

El pub inglés no se creó en un día. Uno de los primeros visitantes latinos en Londres, Julio César, dijo que los británicos estaban «acostumbrados a reunirse» en lugares donde bebían cerveza. Cruzados y peregrinos bebían en hostales y monasterios. Actores itinerantes de la época de Shakespeare representaban sus obras en los patios de los hostales. El término public house —casa pública— no se introdujo al lenguaje sino hasta 1854, cuando se empleó en un comité del Parlamento inglés.

Los suntuosos pubs que entretenían a los trabajadores llegaron a las ciudades gracias a la Revolución industrial. Sugiero entrar al pub más lejano del prado. Se le llamó The Sloaney Pony como broma, aunque ésa es la clase de nombre que inventan los mercadólogos: los nombres de pub auténticos no se inventan; evolucionan del mismo modo que los pubs lo han hecho por más de 2 mil años.

El verdadero nombre del pub es The White Horse, quizá un símbolo pagano en Inglaterra, y ciertamente el emblema de Kent, condado de sembradíos de lúpulo, que colinda con Londres. Platicar es la actividad más importante de un verdadero pub. Es por ello que usted no está obligado a tomar asiento. Una vez sentado, es difícil entablar conversaciones con extraños.

Los auténticos pubs no tienen servicio a la mesa, a menos que alguien esté comiendo. Usted se dirige a la barra y ordena una cerveza. Un lugar que no sirve cerveza no es un pub, es una vinatería, un bar o algo más. Un pub auténtico siempre vende más cerveza que vino o licores.


Michael Jackson —no confundir con el occiso «rey del pop»— es uno de los más reconocidos cronistas gastronómicos de Londres. Su libro American Express Pocket Guide to London fue galardonado como La Guía Turística de la Década de los años 80.


1 Este artículo se publicó originalmente como: «My favorite pub», en Slow Food, Nueva York: Slow Magazine, 2001. [Trad. Mónica López Fernández.] [Todas las notas son de la edición.]

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