Después de atender a más de 70 hombres, no se sentía satisfecha
Corresponsal: Juvenal
Aprovechando que su marido, el emperador Claudio, partió a una campaña militar en Britania, Mesalina —quien tiene la desvergüenza de ejercer la prostitución en el peligroso barrio romano de Subura, bajo el seudónimo de «Lycisca»—, desafió a las prostitutas de Roma para ver quién podía «atender» a más hombres en una noche.
Escila, una siciliana insaciable, aceptó el reto; sin embargo, luego de haber sido poseída por 25 hombres, se rindió. En cambio, Mesalina siguió «trabajando» hasta el amanecer…
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