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Matrimonio en Qatar: ¿Aceptas a tu primo?

#NoSóloPasaEnMonterrey #AláBoda #QueSeArmeLaMezquita Por Carla Pascual

Estoy parada en la costa de Qatar. El mar acoge unos cuantos dhows, barcos utilizados para pescar y buscar ostras con perlas para comerciar. Volteo mi cuerpo 180 grados y el desierto amarillo, de superficie plana pedregosa, queda frente a mí. Los rayos del sol son filosos, cubro mi cuerpo y mi cabeza para protegerme de ellos. La sed comienza a asediarme. El desierto es todo mío, ¿se me antoja incursionar en él? No, seguramente moriría. ¿Me bastaría vivir con mi esposo y un par de hijos en él? Hay que competir con otros para obtener agua del subsuelo, pescar, cultivar algunos vegetales, llevar al ganado a pastar, comerciar.

Matrimonio consanguíneo

La solidaridad tribal surgió en las poblaciones árabes desde hace al menos 3 000 años, mucho antes de la llegada del islam. Así fue como se formó la familia extendida, compuesta por la familia de nacimiento de la persona y la familia que procreó, de clan a clan y de tribu a tribu.

Continuar con el control y la monopolización de los recursos requirió seguir con la solidaridad tribal. Así que el matrimonio arreglado consanguíneo —entre primos hasta segundo grado— pasó de ser común a obligatorio y así evitar que los recursos se transfirieran a otras tribus rivales.

Si bien, actualmente los qataríes no tienen que preocuparse por la supervivencia, al menos un tercio de los matrimonios siguen siendo de este tipo. Y seamos honestos: en nuestra cultura, nosotros también buscamos afinidad económica, social, cultural, educativa y profesional con nuestra pareja. Por siglos, para los qataríes la afinidad ha sido la familia.

Aunque hay una tendencia a la baja, es poco probable que desaparezcan, la misma familia real, los Al Thani, continúa con estos matrimonios. La escasa variabilidad genética que implica la consanguineidad no ha hecho esperar la presencia de síndromes, retrasos y enfermedades genéticas.

En el mundo los matrimonios consanguíneos alcanzan 20% y en los países del golfo Pérsico, más de 50%. En los últimos 20 años en Qatar, estos matrimonios han oscilado entre 33% y 47% del total.

Casamiento

En Qatar prevalece la separación de hombres y mujeres. Conviven dentro de la familia extendida y, desde unas décadas atrás, con propósitos académicos y profesionales. No existe la amistad entre hombres y mujeres, y las relaciones sentimentales y sexuales fuera del matrimonio están penadas por ley.

No existe el noviazgo y las madres son las principales encargadas de buscar candidatos, desde que sus hijos son niños o durante la adolescencia, para filtrar mejor las opciones. Si no son familiares, los candidatos se conocen en algunos encuentros en presencia de algún chaperón. El Corán establece que los futuros esposos no deben ser forzados a casarse con alguien que no es de su agrado, pueden rechazar candidatos. Aunque ellos saben que la elección de pareja no es individualista sino que debe beneficiar a su colectivo.

El Corán no fomenta la poligamia, sin embargo, entre 5.5 y 9.8% de los matrimonios qataríes hay más de una esposa. Eso sí, no se compara con el 17% en Kuwait, el más alto de los países árabes del golfo Pérsico.

A echar la casa por la ventana

Una vez que los candidatos se aceptan entre ellos, las condiciones del matrimonio shurut se negocian entre las familias y pueden quedar estipuladas en el contrato matrimonial —milca— que es registrado ante el Ministerio de Justicia.

Las condiciones han incrementado a lo largo de cuatro décadas, por ejemplo, que la novia puede perseguir sus ambiciones profesionales y académicas, que haya o no motivos de divorcio e incluso, el negociar la custodia de los hijos. La riqueza de la novia—mahar—, que es el dinero y posesiones que el novio o su familia le dan, también se negocia y estipula en el contrato. Luego de la firma, los esposos tienen permitido comunicarse, incluso llegan a hacerse regalos, pero no se frecuentan y vivirán juntos hasta después de la boda.

Si bien la urbanización y la occidentalización han llegado a Qatar, el desierto y el tribalismo siguen impregnados en el ADN de los qataríes y prevalecen las prácticas matrimoniales que les permitieron sobrevivir al seco y caluroso desierto por siglos.

Carla Pascual es narradora y politóloga. Autora de la autobiografía novelada Descubrirme en Qatar, Nitro/Press, México, 2022.

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