Te gusten los deportes o no, seas aficionado o simplemente un transeúnte que le dio curiosidad entrar al estadio, una parte fundamental de la experiencia deportiva es la mascota. Esa botarga que apoya a su equipo o nación, que anima a su porra o que se burla del equipo contrario —y hasta se agarra a moquetazos con la mascota enemiga.
El sentido actual de la palabra «mascota» está relacionado con una opereta francesa del siglo XIX —que puedes checar en nuestro número 206—, pero si hablamos de simbología, el uso de animales y otras cosas se remonta muchos siglos atrás —como en algunas banderas nacionales.
Animación
La mayoría de las mascotas deportivas están basadas en alguna especie animal aunque antropomorfizada —para que quepa la persona en la botarga—, ya que con eso de los derechos de los animales, no todos pueden presumir a su animal insignia. Entre los animales con más equipos representados están las águilas, los osos, los tigres, los leones y los lobos.
Cabe destacar que, en tiempos recientes, algunas mascotas corporativas han retirado a sus mascotas de los empaques de sus productos como cierto guepardo amante del queso llamado Chester o cierto osito polar que hornea panes desde hace años en México.
Personificación
Las mascotas humanas, por más bizarro que suene, generalmente tienen un oficio como ser gladiadores, guerreros, agricultores, y, en algunos casos, representan algún grupo étnico de la zona —aunque parece que irán en desuso por aquello de la apropiación.
¿Cosificación?
Finalmente, si te das cuenta, nos fuimos de lo tangible como un animal o un artesano a una cosa y, peor, una idea. Súper abstracto. Aquí, por ejemplo, tenemos a la paloma de la paz de los Juegos Olímpicos México ’68 o la manta árabe de la Copa Mundial de Futbol Qatar 2022.
¿Cuáles son las mascotas de tus equipos favoritos?