Marco Tulio Cicerón es uno de los pocos personajes de la Antigüedad Clásica de los que se puede saber de su vida de forma detallada y sin caer en suposiciones. Todo esto, gracias a la gran cantidad de obras y correspondencia que se han podido rescatar del pasado.
Hacia el año 106 a.C., en la ciudad latina de Arpino y en el seno de una familia más o menos acomodada, nació Marco Tulio Cicerón. Su padre, a pesar de dedicarse a la crianza de caballos, durante su juventud se ocupó en la literatura. Por esta razón, desde muy joven Cicerón fue enviado a Roma a recibir la mejor educación posible, al lado de Marco Antonio y Lucio Craso —los mejores oradores del momento—. Fue a partir de este momento que supo que su vocación eran la oratoria y la política.
«La patria es más antigua que la madre.»
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La visión de Marco Tulio sobre el Estado
Su mayor ilusión era pasar a la posteridad, pero debido a sus humildes orígenes, Cicerón creció con un complejo de inferioridad, por lo que no le fue fácil ascender y ganarse un título nobiliario o un lugar privilegiado en la aristocracia romana, ni un espacio en la memoria colectiva. Por ello, tuvo como principal objetivo ser un perfecto orador que pudiera gobernar desde la razón, el saber y la elocuencia, en un escenario político que se encontraba sacudido por las continuas guerras civiles que ocurrían en ese momento en Roma.
Su participación política comenzó desde los 20 años, pero fue con la conjuración contra Catilina que alcanzó la cima de la política romana. Esto provocó que un sector de la sociedad lo despreciara, exigiendo su exilio en el año 58 a.C. Fue hasta el año 57 a.C. que Marco Tulio pudo regresar a Roma, aunque desgraciadamente las condiciones en la capital habían cambiado, pues la república se encontraba con una dictadura compartida —César, Pompeyo y Craso—, imposibilitando su regreso a la política. Fue en esa época que se dedicó a su obra filosófica y retórica.
«Ser por mucho el mejor y mantenerme por encima de los demás.»
Cartas de Marco Tulio a su hermano Quinto I
Con el fin de retomar el hilo en la política y oratoria, Cicerón se acercó a César para que éste le cobijara. Sin embargo, tras su asesinato —en el año 44 a.C—, quedó desprotegido y rivalizado con Marco Antonio, a quien había atacado en su obra Filípicas, y quien para vengarse de dichas ofensas, terminó con la vida del orador el 7 de diciembre del año 43 a.C.
Cicerón es recordado por ser un «animal político» y por sus importantes contribuciones a la oratoria, política, derecho y filosofía romana. Dicho legado puede encontrarse en las obras que se han rescatado: La invención retórica, Sobre la adivinación, Filípicas, Catilinarias, De senectute, Sobre el orador, Sobre la república, Sobre la naturaleza de los dioses, sus Discursos y Cartas.
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Fuentes
http://centros.edu.xunta.es/iesmanuelgarciabarros/latin_grego/descargas/latin/introduccion_ciceron_pina_polo.pdf
http://dspace.universia.net/bitstream/2024/459/1/Ciceron-Catilinarias.pdf
http://www.perseus.tufts.edu/hopper/text?doc=Perseus%3Atext%3A1999.02.0022%3Avolume%3D1%3Ayear%3Dpreface