Las manifestaciones en los juegos olímpicos han logrado gran impacto, debido a que este evento deportivo obtiene la mirada de múltiples espectadores de todo el mundo. Y aunque los juegos traen consigo la consigna de «la paz mundial», la lucha para conseguir una sociedad más justa no ha sido muy bien recibida.
Irónicamente, este evento que parte del respeto a los derechos humanos y es promotor de la paz mundial prohíbe todo tipo de manifestaciones políticas o religiosas en los recintos deportivos de los juegos con base a la Carta Olímpica. A pesar de ello hubo quienes decidieron romper la regla, pero el magno evento mantuvo el respeto a su propio tiempo y forma.
México (1968), las olimpiadas de la protesta
«No queremos Olimpiadas, queremos revolución», era la frase que se escuchaba en la Ciudad de México a días de la inauguración de los Juegos Olímpicos. El 2 de octubre «no se olvida» debido la masacre contra los estudiantes que tuvo ecos arriesgados, como mantas con consignas y la alteración de los emblemas olímpicos con el fin de ridiculizar el evento.
Una semana después de uno de los crímenes más dolorosos en contra de los mexicanos, el 12 de septiembre, con vuelo de «pichones de paz» se dio inauguración a las olimpiadas que no se detuvieron ante el luto nacional.
Puños en alto, el orgullo negro
Los conflictos internos no fueron los únicos en esta edición de las olimpiadas, la protesta conocida como «Los puños en alto» representa un momento histórico mundial en favor de la lucha por los derechos de la comunidad negra.
La competencia por el oro en la carrera de 200 metros culminó con Timmie Smith y John Carlos —ambos competidores con la bandera estadounidense— en los puestos primero y tercero del podio. Ese día Smith hizo historia dos veces, una al cruzar la meta y romper el récord mundial con un tiempo de 19,83 segundos y la otra al recibir su medalla.
Mientras ambos caminaban al lugar en el que serían galardonados, Smith y Carlos llevaban los pies descalzos y enfundados en calcetines negros. Cuando el himno estadounidense resonó en el ambiente, ambos inclinaron la cabeza, levantaron uno de sus puños enguantados de negro y dedicaron su hazaña al poder negro.
Ese año, México —bajo el gobierno de Díaz Ordaz— se había negado a recibir a los atletas del régimen racista del apartheid y había reprimido a sus estudiantes antes de la inauguración de los Juegos Olímpicos. Estos serían unos juegos de paz… que se llevaron a cabo en tiempo y forma.
Manifestaciones y censuras en los Juegos Olímpicos de Pekín (2008)
«Nuestro mundo, nuestra pesadilla» fue el logotipo olímpico que se colgaba en Pekín, durante el 2008. Las olimpiadas trajeron consigo manifestaciones en contra del gobierno por la violación de los derechos humanos, especialmente contra la falta de libertad de expresión.
Las manifestaciones llevaron a la limitación de comunicación de todo tipo, no se podía tener contacto ni registro de cada uno de los movimientos que estaban sucediendo en China, reporteros y personas natales fueron agredidas con el fin de que nada de lo ocurrido se conociera. Y sí, las olimpiadas sucedieron en tiempo y forma.
Las manifestaciones en los Juegos Olímpicos de Tokio (2021)
A días de la inauguración de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 —celebrados en 2021— se llevan a cabo manifestaciones en contra de este evento. El motivo es que, a partir de la afluencia de viajeros a la capital de Japón, se ha reportado un rebrote de COVID-19.
Los problemas sanitarios no son los púnicos que tienen cabida y este año, el Comité Olímpico Internacional (COI), permitirá al equipo femenil de Inglaterra arrodillarse antes de cada partido como un acto que acostumbran realizar para manifestar su oposición a los actos de racismo en Reino Unido.
La apertura en el terreno de la libertad de expresión siempre será un logro, esta vez bastante amargo ya que el mundo sigue viviendo un momento de miedo, dolor y duelo. Y a pesar de todo, los Juegos Olímpicos se llevarán a cabo en tiempo y forma.