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Mandamientos para el político promedio

Cada sexenio en época electoral un bullicioso juego comienza con el único objetivo de ganar, sin embargo, entre tanta guerra sucia existen mandamientos.

Cada sexenio con la llegada de la época electoral, empieza el bullicioso juego en donde el único objetivo es ganar sin importar de qué manera. Las habilidades de los candidatos son puestas a prueba para ver quién es capaz de persuadir a millones de mexicanos y llevarse el triunfo. Según Fernando Montes de Oca Sicilia, asesor de contenidos de la revista Algarabía, el «buen político» es aquel que es honesto y fiel a su partido, pero sobre todo, es aquel que respeta las reglas y a todos los ciudadanos en general.
A continuación te presentamos los diez mandamientos para el político promedio:
1. Amarás a tu partido por sobre todas las cosas: En toda campaña para la presidencia de la república, la gubernatura municipal o la jefatura del gobierno capitalino, el político tiene la obligación y el compromiso de enunciar, única y exclusivamente, el nombre de quien está representando. Jamás se permitirán lapsus linguae que denoten infidelidad ante su partido.

«Ayúdame a ayudarte.»
2. No jurarás el bienestar de tu pueblo en vano: En otras palabras, no prometa lo que no va a cumplir. La honestidad es esencial. Si no puede cumplir, de una vez retírese o al menos, no garantice hechos de más.

«La corrupción somos todos.»
3. No te la vueles santificando las fiestas: El dinero asignado para promover su campaña no debería ser derrochado en sobre poblar la radio, televisión o internet; organizar grandes celebraciones o campañas para regalar cosas inservibles, pero que usted promete «serán de alto impacto», pero no siempre respaldarán su triunfo en el poder.

«Músico pagado, toca mal son.»
4. Honrarás a tu partido hasta la muerte: Ser fiel a su partido hasta el final es algo fundamental. Sin embargo, si usted se considera un «neopolítico» que va en contra de hasta el más mínimo intento de peculado, tiene la libertad de cambiarse de partido.

«Más vale tener palancas que dinero.»
5. No matarás: Existe una larga lista de mandatarios que no desistieron en su intento por obtener la victoria, sin importarles las cabezas que debían pisar —o cortar, en su defecto— para lograrlo. Otros simplemente han sido silenciados por «estorbar» en el camino de los demás. Si no lo eligieron, no insista.

«Tanto peca el que mata a la vaca como el que le agarra la pata.»
6. No cometerás actos impuros: Ya sea que estén por elegirlo o que sea un político «consagrado», absténgase un poco en materia sexual, a nadie le importa. Al aceptar el cargo público, también accede a renunciar a ciertas «libertades». Poseer algún grado de poder, no significa que estará libre por la vida sin ninguna pena por pedir favores de índole carnal —a eso se le llama acoso .

«Acéiteme la mano —sin albur—.»
7. No robarás: La mayoría de los políticos mexicanos han hecho del lema: «Hay que hacer obra porque de la obra siempre sobra», su dogma, debido a que han desviado cantidades exorbitantes de dinero por medio de tácticas ficticias, para cubrir necesidades absurdas.

«No importa que robe, pero que salpique.» 
8. No mentirás: Si ya lo hizo, no la riegue más y cierre la boca. La nación sabe de sobra que en este mandamiento ni «Yisus» ni mucho menos el peso de la ley lo castigarán porque, al parecer, es un defecto genético con el que nacen todos los políticos.

«La honestidad siempre es buena, salvo cuando mentir es mejor.»
9. No olvidarás: Si durante su carrera política ya ha hecho demasiadas transas o sandeces y es tan desvergonzado que su ambición apunta hacia un puesto mayor en el gabinete presidencial, al menos intente mantener un bajo perfil para evitar la humillación pública que se merece por todos los errores atroces que cada vez ponen más en duda la estabilidad política del país.

«El que tiene más saliva, traga más pinole.»
10. No codiciarás los bienes ajenos: O usted no quiere darse cuenta o se hace pendejo. La gente sabe que ha competido por la presidencia y simplemente no le ha funcionado. Piensa que el pueblo lo ama, pero el pueblo no le da su voto y ahí sigue: aferrado. La envidia no genera nada bueno y mucho menos para la salud, así que deje por la paz ésa que usted llama «lucha» y dedíquese a otra cosa.

«Yo puedo más que tú, le dijo el dinero a la justicia.»
Así concluyen los diez mandamientos para el «buen político». ¿Te interesó el tema? Para conocer más busca en Algarabía SHOPPE el libro Politiquerías, de Fernando Montes de Oca Sicilia.

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