México-Tenochtitlan, ca. 1509
Cuentan las crónicas —de fray Bernardino de Sahagún, los tlaxcaltecas y el Códice Florentino— que diez años antes de la llegada de los españoles, los mexicas habían identificado, cuando menos, siete presagios funestos que interpretaron como la venida del dios Quetzalcóatl: un cometa pasó, ardió la casa de Huitzilopochtli, un rayo hirió el templo de Xiuhtecuhtli, cayó fuego, hirvió el agua, una mujer lloró por varias noches y una extraña ave fue presa en las redes de los pescadores y mostrada al emperador Moctezuma. Éste vio en el pájaro un espejo que reflejaba un grupo de guerreros y lo tomó como un mal presagio.
Cuando intentó mostrarlo a sus astrólogos para que lo interpretaran, el ave voló y ellos no pudieron decirle nada. Finalmente, los españoles —considerados dioses— conquistarían el territorio mexica y el imperio de Moctezuma llegaría a su fin.
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