De un tiempo a esta parte lo «políticamente correcto» ha generado una especie de censura alrededor del humor y, en particular, contra los dibujos animados. Veamos los ominosos temas de Disney.
Ahora, para ver a un Pato Donald que construye bombas para los nazis o a un Bugs Bunny que extermina japoneses, hay que rebuscar en Internet videos que no tardan en ser eliminados, como si se tratara de negar su existencia. He aquí un vistazo a las temáticas que, antaño, se podían tratar en los dibujos animados y no implicaban ningún tipo de escándalo.
Mickey Mouse vs la gonorrea
Las historietas siempre han sido una gran herramienta educativa , pero quizá haya una diferencia entre «hagamos un anuncio para prevenir sobre una enfermedad» a «que Mickey Mouse tenga una infección de transmisión sexual». El número de abril de 1944 en la revista look contenía un cómic educativo sobre los beneficios de la sulfamida, la primera línea de antibióticos que se usó para tratar bacterias… ¿y quién mejor para explicar a la población que la gonorrea ahora es curable que el ratón preferido de todos?
Se quería enseñar a tantas personas como fuese posible sobre los nuevos fármacos, pero quizá Popeye habría sido una mejor elección para estos asuntos. Para contar la historia de la creación de la sulfamida de un modo simple y amistoso, se muestraa Mickey Mouse probando los nuevos compuestos en ratones.
Un mometo, ¿cuál es el apellido de Mickey?
La historieta está plagada de datos desconcertantes como describir los efectos de una enfermedad en el organismo por medio de una «guerra racial» microscópica, con pandillas de bacterias apuñalando glóbulos rojos hasta la muerte en una recreación miniatura de West Side Story.
Al final, Mickey ilustra las consecuencias del abuso al tomar una botella entera de sulfas, tras lo cual es mostrado encarando reacciones alérgicas y una muerte inminente.
Pero, ¿por qué Mickey necesita tratarse contra la gonorrea? ¿Alguien ha pasado demasiado tiempo en el establo de la Vaca Clarabella? ¡Mickey, no seas idiota y mejor compra unos condones!
Este «contexto sexual» no debería sorprendernos, pues las historias de Disney no son tan castas como ahora nos hacen creer. Por ejemplo…
Tío Rico McPato: Esclavista sexual
Rico McPato, a pesar de no ser nada más que una versión más vieja, malvada y avariciosa de su sobrino Donald, ha sido protagonista de incontables historietas y aventuras animadas. Pero hay una historia que PatoAventuras no le contó: la ocasión en que el Tío pasó un mes entero con su esclava sexual secuestrada.
En un cómic de 1953, McPato recuerda cuando viajó al Yukón para buscar oro y fue estafado por una camarera llamada Goldie. Rico la rastrea y la obliga a trabajar con él por un mes para compensar el oro perdido.
¿Pero qué sucedió exactamente entre Goldie y McPato durante ese solitario mes en medio de la nada? Los fans pidieron saber todos los sucios detalles, así que una historia posterior regresó y mostró a tres oficiales de la ley yendo al rescate de Goldie, sólo para cruzarse con esta escena fascinante: de la casa donde McPato tiene a Goldie retenida salen toda clase de ruidos violentos, que poco a poco van disminuyendo hasta quedar completamente en silencio.
Sí, claramente hay sexo entre patos. El oficial más joven piensa que Goldie podría estar en problemas, pero el más viejo comprende de inmediato lo que sucede y explica que no hay nada ilegal, sólo dos patos teniendo sexo consensual y vigoroso.
A la mañana siguiente, McPato despide a Goldie e intenta pagar por sus «servicios», lo que resulta en algo predecible con este personaje: sólo le da 50 centavos y ella se los arroja en la cara.
¿No parece suficiente? Pues, ¿qué tal la historia de Donald que inspiró Inception, donde los patitos entran en los sueños de McPato y Donald los sigue? ¿Adivinen a quién encuentran dentro de la mente del Tío, empleando lenguaje corporal universal para «recordar una gran cogida»?