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Lope de Vega, el descarriado

Chicos, hace un año que Don Lope regresó del destierro y ¡ya está dando lata de nuevo! Este hombre es incorregible, no hay duda, por enésima vez tiene a los chismosos —sin incluirme, por supuesto— pendientes de su vida íntima.

Chicos, hace un año que Don Lope regresó del destierro y ¡ya está dando lata de nuevo! Este hombre es incorregible, no hay duda, por enésima vez tiene a los chismosos —sin incluirme, por supuesto— pendientes de su vida íntima.

Madrid, España, 1596.

En fin, aún estoy bastante exaltada, mas trataré de empezar a contar desde el principio y por orden para que me entiendan. Resulta que hace unos diez años, el insigne poeta y dramaturgo Félix Lope de Vega y Carpio —de entonces 25 años— andaba tras los huesitos de Elena Osorio, hija de un empresario teatral, muy bonita, pero muy interesada, pues para estar con ella, Lope tenía que escribir un montón de obras para la compañía del papá. El colmo fue cuando Elenita terminó con Lope para matrimoniarse con un hombre rico.
A Lope se le cayó el mundo encima, principalmente por su orgullo herido —porque no vayan a creer que le hacían falta enamoradas, para este galán, «la cosecha de mujeres nunca se acaba»—. Pues bien, Veguita montó en cólera y distribuyó unos versos bastante ingeniosos, pero harto ofensivos, en contra de la coqueta. El resultado fue que el padre lo demandó por injurias, el poeta fue sometido a juicio y condenado al destierro por ocho años.
Así pues, Lope tuvo que salir de Madrid y pronto se consoló con otras chicas, se paseó de lo lindo, se casó, enviudó, tuvo hijos —de varias, este hombre sí que es fértil— y el año pasado, por fin, se le acabó el castigo y regresó a la capital, donde por ahora me hospedo.
Y nada, que nuevamente está Lope de Vega en el ojo del huracán: se le está sometiendo a un nuevo juicio, esta vez por amancebamiento, es decir, por sostener relaciones sexuales fuera del matrimonio con la apetecible viuda Antonia Trillo. Que en España, esto de estar en la intimidad sin que «papelito hable» no sólo es un pecado, sino un crimen.
Todavía no sabemos en qué va a terminar el asunto, pero vamos a estar muy al pendiente. Lo más seguro es que, conociendo a Lope, acabará en brazos de otras hembras. Hay que decir en su descargo, que para mantener a todos los detallitos que dejó en el destierro y a su pareja actual, Lope trabaja como loco, escribe sin cesar, obra maestra tras obra maestra, hasta el punto de que ya le llaman «el Fénix de los ingenios».
Ay, queridísimos, la vida de este hombre ha estado tan llena de aventuras, que nada más le falta hacerse cura para completar el cuadro, ja ja.
Au revoir!

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