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Top: Literatos abstemios —aunque usted no lo crea

—¿Y usted bebe? —Por supuesto, acabo de decirle que soy escritor. Stephen King

Ya fuera por problemas de salud, disciplina, hábito, porque no les gustaba o su religión no se los permitía —sus razones tendrían— esta extraña peculiaridad entre escritores nos da un buen pretexto para retomar su lectura.

10. Edgar Allan Poe (1809-1849)

El caso del maestro del terror es especial. Más que abstemio era una persona muy sensible al alcohol debido a una alergia que le causaba una sobrestimulación. Podía pasar largas temporadas sin probar una gota de alcohol, pero cuando se veía obligado, una sola copa en él podía tener un efecto devastador.

9. Emily Dickinson (1830-1886)

Descendiente de prominentes figuras políticas e intelectuales, fue educada en un ambiente puritano y estricto que la convirtió en una persona solitaria y nostálgica. Durante su vida rara vez salió de casa, no tenía vicios y sus amistades fueron escasas. Borges dijo sobre ella: «No hay, que yo sepa, una vida más apasionada y solitaria que la de esa mujer. Prefirió soñar el amor y acaso imaginarlo y tenerlo.»

8. Friedrich Wilhelm Nietzsche (1844-1900)

A los pocos años de nacer murió su padre y esto afectó su personalidad y actitud de por vida. Su formación religiosa la combinó con temas de filología clásica. Tras sufrir de dolores de cabeza y pasar algún tiempo en el manicomio su salud fue empeorando hasta fallecer. Siempre se le describe como tímido y abstemio.

7. George Bernard Shaw (1856-1950)

Desde los 16 años tuvo que trabajar en su natal Dublín. En 1870 se mudó a Londres y comenzó su carrera literaria. Fue galardonado con el premio Nobel de Literatura en 1925 y un Oscar en 1938. Practicó el protestantismo irlandés y relatan que por eso se volvió abstemio, vegetariano, socialista, enemigo del tabaco, el té y el café. Era, por tanto, enemigo de Churchill.

6. William Buttler Yeats (1865- 1939)

Poeta, narrador y dramaturgo irlandés. Fue galardonado con el premio Nobel de Literatura en 1923. El escritor madrileño Javier Pérez-Reverte asegura que Buttler fue un escritor que no se emborrachaba, a pesar de que provenía de Dublin: «esa capital —según el hermano sobrio de Joyce— embrutecida por la bebida».

5. Leopoldo Lugones (1874-1938)

Inició su carrera en el mundo de las letras dentro del círculo periodístico de la ciudad de Córdoba, en Argentina. Luego fue poeta, ensayista, y político, lo que le atrajo varios admiradores que lo describen como un hombre que se mantenía cuerdo todo el tiempo, «lejos de las gotas arrebatadoras de cualquier licor».

4. Franz Kafka (1883-1924)

Uno de los escritores más significativos de la literatura moderna. Se dice que la influencia dominante de su padre impregnó su obra de sentimientos de soledad, frustración, angustia y culpa. Aparte de la aversión que llegó a sentir de sí mismo y su vida, era fastidioso y obsesivo con la comida, entre otras manías. A cambio, fue adicto a la leche bronca, que lo mató de tuberculosis.

3. Raymond Chandler (1888-1959)

Creador del popular detective privado Philip Marlowe, y artífice fundamental de la llamada novela negra, decidió apartarse de la bebida tras emplear este hábito como terapia para soportar el dolor que le ocasionó la muerte de su esposa. En 1958 confesó en una carta: «Desde que soy un abstemio, debido a una hepatitis, mi mente parece no tener la exuberancia de antes (…) No extraño el alcohol físicamente, pero sí lo extraño mental y espiritualmente».

2. Jorge Luis Borges (1899-1986)

El gran escritor argentino es considerado una de las figuras fundamentales del siglo XX. A pesar de ser candidato —por mas de 30 años— al premio Nobel de Literatura, éste nunca llegó a sus manos y se cree que fue debido a su postura política. Según narra Daniel Balmaceda en su obra Romances argentinos de escritores turbulentos, Borges no bebía alcohol, a veces una copa de vino con la comida.

  1. José Revueltas (1914-1976)

Nació un 20 de noviembre—«con la revolución»—. En varias ocasiones, desde sus 15 años, Revueltas estuvo encarcelado en Lecumberri y las Islas Marías. Vivir encarcelado lo acostumbró a tener una disciplina casi monástica; el escritor René Avilés Fabila comenta que un día Revueltas le confesó que escribía «deportivamente, sin alcohol». Nadie lo refutó.

José Revueltas.

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