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Lilith y el erotismo

Lilith y el erotismo


La tradición judaica cuenta que Eva no fue la primera mujer de Adán, sino que antes existió Lilith, creada por Yahvé para ser la compañera del hombre, sólo que fue formada del sedimento y el barro sucio1. Mujer libre, sin ataduras, independiente; Lilith fue entregada a Adán por esposa, pero desde el inicio pelearon sin cesar; ella menospreció su brutalidad, su incomprensión y su vanidad pueril. Le indignaba hacer el amor en posición supina, debajo de él, y reclamaba igualdad de derechos puesto que había sido creada de la misma forma. Adán se forzó sobre ella, quien se elevó por los aires sobre él, dejándolo solo con su ego. Yahvé envió a tres ángeles a buscarla, pero ella se negó a regresar al lado de Adán.

Toda malicia es poca
junto a la malicia de la mujer,
¡que la suerte del pecador caiga sobre ella!

Eclesiástico 25:19


Entonces, Yahvé dio a Lilith por esposo a Samael —Lucifer— y así fue la compañera del portador del rayo, siendo la diablesa encargada de matar a los recién nacidos que no portaran el nombre de Dios. Fue condenada a perder cien hijos demonios por día y a representar la oposición al matrimonio y a su descendencia.
Según la Cábala, cuando el creador formó el cuerpo de Lilith no tuvo suficiente material para terminar el cerebro, por lo que arrancó sus órganos sexuales y modeló el cerebro, transfiriendo así la sexualidad a un plano esencialmente psíquico: éste es el nacimiento del erotismo.


1 Fragmento de «Mujeres transgresoras», de Alexis Schreck Schuler. En Algarabía Tópicos 3, Mujeres: sexismo y liberación, mayo-junio 2012.

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