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Libros de la cintura para abajo

La literatura erótica se ha mantenido vigente desde la Antigüedad, aunque su aceptación siga causando espanto.

La literatura erótica es la invitada incómoda del canon occidental. Aunque en nuestros días haya experimentado un marcado auge —por la emergencia de novelas soft porn—, en el pasado era incluso perseguida y censurada. No obstante, y a pesar de los numerosos intentos por exiliarla de la «República de las letras», la literatura erótica se ha mantenido vigente desde la Antigüedad hasta nuestros días, aunque su aceptación no haya dejado de causar algún mohín de espanto —o de asco, para los más persignados.

Tan conflictiva es la literatura erótica que su definición misma está en entredicho. A lo largo de la historia, muchas voces la han equiparado con la pornografía, diluyendo cualquier límite entre una y otra. El debate suele aderezar de tanto en tanto las tertulias literarias; sin embargo, escritores como Alberto Ruy Sánchez, refieren que, en todo caso, si alguna aclaración es posible, ésta apelaría a la subjetividad: Lo que para un pueblo es erótico, para otro puede resultar pornográfico. Como en otras muy humanas disquisiciones, el erotismo es un debate abierto.
Sarane Alexandrían, autor de un libro imprescindible para comprender el tema, sugiere la siguiente clasificación en Historia de la literatura erótica (1999):
La pornografía es la descripción pura y simple de los placeres carnales; el erotismo es la misma descripción revalorizada, en función de una idea del amor o de la vida social. Todo aquello que es erótico es necesariamente pornográfico por añadidura. Es mucho más importante distinguir entre lo erótico y lo obsceno. En e e caso se considera que erotismo es todo aquello que vuelve la carne deseable, la muestra en su esplendor o florecimiento, inspira una impresión de salud, de belleza, de juego placentero; mientras que la obscenidad devalúa la carne, que así se asocia con la suciedad, las imperfecciones, los chistes escatológicos, las palabras sucias.
 

Sexo histórico

El sexo, sus implicaciones y representaciones, han tenido un lugar capital en el arte, particularmente en la literatura. Del Antiguo Egipto aún quedan vestigios de la afición de aquel pueblo por el erotismo; el Papiro de Turín, por ejemplo, —cuya elaboración se calcula durante el 1150 a.C— consigna doce viñetas con contenido sexual que se mezclan con algunas otras representaciones antropomórficas y de perfil satírico. Según lo han bautizado, el Papiro es «la primera revista para hombres» de la historia, la tatarabuela de Playboy.
Este fue el pistoletazo de salida —albures aparte— de la prolífica producción erótica en la historia. No obstante, a pesar de su popularidad, los mordiscos de la censura nos han privado de conocer muchos otros títulos. Algunos de los libros que la literatura ha ofrendado al erotismo se han salvado de desaparecer o ser olvidados porque se han revalorizado. Aquí una breve lista de aquellos libros que han producido algo más que un inocente suspiro.

400 a.C. Lisístrata —Λυσιστράτη—; Aristófanes (444- 385 a.C.)

I a.C. – II d.C. Arte de amar —Ars Amandi—; Ovidio (43 a.C.- 17 d.C.)

II d.C. El asno de oro —Asinus Aureus—; Apuleyo (123-180 d.C.)

IV d.C. Kamasutra; Vatsiaiana (siglo III d.C.)

1330. Libro de Buen Amor; Arcipreste de Hita .(1283-1352)

1444. Historia de dos amantes —Historia de duobos amantibus—;

Ennea Silvio Piccolomini / Pío II (1405-1464)

1499. La Celestina; Fernando de Rojas (1470-1541).

1525. Sonetos lujuriosos —I Modi—; Pietro Aretino (1492-1556).

1528. La lozana andaluza; Francisco Delicado (1475-1535).

1748. Fanny Hill — Fanny Hill: Memoirs of a Woman of Pleasure—; John Cleland (1709-1789).

1785. Las 120 jornadas de Sodoma o la Escuela del Libertinaje —Les 120 journées de Sodome, ou l’École du libertinag; Marqués de Sade (1740-1814).

1795. La filosofía en el tocador —La Philosophie dans le boudoir.

1880. Año 1601; Mark Twain (1835-1910).

1893. Teleny —Teleny or the Reverse of the Medal—; Oscar Wilde (1854-1900).

1907. Josephine Mutzenbacher; Felix Salten (1869-1945)

1928. El amante de Lady Chatterley —Lady Chatterley’s Lover—;

D.H. Lawrence (1885-1930).

1928. Historia del ojo —Histoire de l’œil—; George Bataille (1897-1962).

1934. Trópico de Cáncer —Tropic of Cancer—; Henry Miller (1891-1980).

1940. Delta de Venus; Anaïs Nin (1903-1977).

1954. Historia de O —Histoire d’O—; Pauline Réage / Dominique Aury (1907-1998).

1955. Lolita; Vladimir Nabokov (1899-1977).

1956. La llave. Diario de un viejo loco; Junichirō Tanizaki (1886-1965).

1962. El cuaderno negro —The Black Book—; Lawrence Durrel (1912-1990).

1970. Memorias de un librero pornógrafo; Armand Coppens (1926-¿?)

1989. Las edades de Lulú; Almudena Grandes (1960).

2001. La vida sexual de Catherine M.; Catherine Millet (1948).

2003. Diario de una ninfómana; Valérie Tasso (1969).

2010. El azul es un color cálido; Julie Maroh (1985).

2018. Permafrost; Eva Baltasar (1978).


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