La preocupación por un planeta verde se intensificó en los años 60 del siglo pasado, con la publicación del primer libro de denuncia ambiental: La primavera silenciosa (1962), de Rachel Carson. Se estrenaron entonces las primeras series de televisión que buscaban despertar la conciencia ecológica en un público masivo: Flipper (1963), que contaba las aventuras de un delfín amigable; Daktari (1966), con la participación de Clarence, un león bizco, y Skippy (1967), donde actuaba un carismático canguro australiano.
Pero si de la pantalla grande hablamos, es Cuando el destino nos alcance —Soylent Green— (1973) la película que se vuelve de culto entre los ecologistas. Dirigida por Richard Fleischer y protagonizada por Charlton Heston, Cuando el destino nos alcance plantea un mundo en el que, ante el agotamiento de los recursos naturales, los humanos empiezan a comerse en forma de galletas.
Otra gran película que refleja las preocupaciones de los ecologistas es Gorilas en la niebla —Gorillas in the Mist: The Story of Dian Fossey— (1988), dirigida por Michael Apted y estelarizada por Sigourney Weaver. En ésta observamos la vida y trágica muerte de Dian Fossey, una zoóloga estadounidense que defendió a las reducidas poblaciones de gorilas en las selvas de Ruanda y el Congo, en África. Fossey es prácticamente mártir de los ecologistas, al haber sido ejecutada por los cazadores furtivos que denunciaba y combatía.
No podemos dejar de mencionar otros filmes, como: Liberen a Willy —Free Willy— (1993), Erin Brocovich (2000), El día después de mañana —The Day After Tomorrow— (2004), Camino salvaje —Into the Wild— (2007), Wall-E (2008) y Avatar (2009). Todos ellos, algunos de manera realista, otros más bien con un estilo catastrofista, intentan transmitir el mensaje de que si no aprendemos a amar, cuidar y proteger el mundo en que vivimos, más temprano que tarde lo vamos a perder.
Si quieres enterarte de otras películas y documentales ecologistas, lee Algarabía tópicos 2: Las caras de la ecología.