Las infecciones por virus son muy usuales, hay de varios tipos:
respiratorias, gastrointestinales, exantemáticas, hepáticas, neurológicas, hemorrágicas,cutáneas, multisistémicas.
Dependiendo el tipo de infección viral, se pueden presentar una gran variedad de síntomas, entre los más comunes se encuentran:
fiebre, diarrea, vómito, tos, goteo nasal, irritación de la garganta, dolor de cabeza, malestar corporal.
Los primeros síntomas
Aunque es verdad que la mayoría de los virus comparten síntomas, no todos tienen el mismo tiempo de desarrollo; por ejemplo, el tiempo de incubación —periodo en que se presentan los primeros síntomas tras la exposición al virus— del VIH se puede presentar varias semanas después o incluso hasta 10 años. En otros casos, como en el virus del herpes —VHS-1 o VHS-2—, el tiempo de incubación puede ir de 2 a 12 días; el de hepatitis B, de los 75 a los 130 días; el del cólera, de 1 a 3 días; del sarampión, de 9 a 12 días; del ébola, de 1 a 42 días o el de la polio, de 7 a 14 días.
En el caso de la influenza, la gripe o el coronavirus, el tiempo de incubación va de 1 a 7 días —o incluso puede extenderse hasta los 14 días—; una vez transcurrido este periodo, el cuerpo comienza la lucha y los síntomas se hacen evidentes:
fiebre, tos, cafalea, dolor muscular, dificultad para respirar, rinorrea o congestión nasal, ardor y dolor de garganta, diarrea, náuseas y vómito.
Detectados los síntomas, los pacientes infectados pueden transcurrir con este cuadro clínico por alrededor de 3 y 5 días, mientras el sistema inmunológico y los anticuerpos detectan la infección en las células y se encargan de controlarla y eliminarla.
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