Elizabeth Alexandra Mary —nombre de la reina Elizabeth II — nació en Londres el 21 de abril de 1926, entre sus mayores logros están haber dado el rango de caballeros a los miembros del cuarteto de Liverpool y haber tenido el reinado más prolongado de la historia británica, con 70 años y 213 días.
La princesa que no figuraba al trono
Elizabeth nació con algo más que estrella o «torta bajo el brazo», su primer título nobiliario fue Su Alteza Real la Princesa Elizabeth de York. Ya que era la tercera en la línea de sucesión al trono, después de su padre y su tío, príncipe de Gales —quien era aún joven cuando murió el rey—, nadie esperaba que ella gobernara.
Como era de esperarse, la pequeña «Lilibeth» (como era llamada por su familia) y su hermana, la princesa Margarita, fueron educadas en casa bajo la supervisión de su madre, la reina Elizabeth y su institutriz Marion Crawford —quien años después publicó el libro The little Princesses sobre la infancia de ambas. Elizabeth aprendió, además de historia, ciencia y artes todos los protocolos reales dignos de su altísima cuna.
Su vida dio un giro inesperado cuando, en 1936, el rey Edward VIII abdicó para poder contraer matrimonio con Wallis Simpson, una mujer divorciada que, según el parlamento, jamás sería aceptada como reina. En ese momento Elizabeth se volvió heredera legal al trono de Inglaterra, por ser la hija mayor del nuevo rey George IV.
Segunda Guerra Mundial, el trampolín de la princesa
Mientras Inglaterra estuvo en guerra, la princesa obtuvo popularidad mediante diversas obras consideradas caritativas o valientes: hizo pantomimas navideñas para recabar fondos para los uniformes de los soldados, su voz apareció en un programa de radio animando al pueblo británico y fue muy bien visto que ni ella ni su hermana fueran trasladadas fuera del país para salvaguardar su seguridad e incluso fue nombrada Coronel en jefe de la Guardia de Granaderos. La primera vez que Elizabeth tuvo contacto directo con el pueblo británico fue en el Día de la Victoria de Europa, cuando celebró, acompañada de su hermana en las calles de Londres.
El Reinado de Elizabeth II
El padre de Elizabeth sufrió cáncer de pulmón, así que antes de gobernar ella ya había tomado su lugar en múltiples eventos políticos e incluso llevaba consigo la declaración de adhesión por si su padre fallecía mientras ella estaba de gira fuera del país, lo que sucedió el 6 de febrero de 1952.
Tras la coronación, Elizabeth y la casa real mantuvieron el apellido Windsor y no el apellido de Philip —Mountbatten—, quien se quejó de ser el único hombre británico que no podía dar apellido a sus hijos, queja que salió sobrando porque el primer ministro Winston Churchill y la reina Mary estuvieron a favor de perpetuar el apellido de Elizabeth.
Críticas a la reina
Aunque, en general su reinado fue muy bien recibido hubo más de un momento en que Elizabeth II fue blanco de la polémica nacional e internacional, la primera vez fue durante la crisis de Suez (1957) cuando, en dos ocaciones, designó a un primer ministro sin tomar en cuenta a la totalidad de los ministros.
Durante la década de los 60 y 70, perdió más de 20 de sus colonias ubicadas en África y El Caribe, incluso el primer ministro canadiense Pierre Trudeau eliminó algunos símbolos reales durante su mandato (1968-1979).
En 1981 fue víctima de un atentado en el cual recibió seis disparos, afortunadamente el ejecutor, Marcus Spencer de 17 años, había usado balas de goma y fue condenado sólo a cinco años de prisión y liberado luego de tres —corrió con bastante suerte para ser casi un regicida.
Desde entonces hubieron altibajos en la popularidad de la monarca, pues fue la primera en recibir a un papa católico después de la separación de la Iglesia Anglicana y ganó varios puntos en aceptación después de su entrevista con el pontífice más querido por el pueblo católico —Juan Pablo II—, además fue la década del matrimonio entre el príncipe Carlos y Diana, un evento que dio un repunte a la corona británica.
Al inicio de la de los 90, la reina perdió Fiji, en manos del líder independentista Sitiveni Rabuka y en ese mismo año, los ingleses afines al partido republicano cuestionaron el patrimonio real de la reina —al parecer mucho más alto de lo que se conocía—, los escándalos que rodeaban a la familia real iban en aumento —entre los más polémicos estuvieron los problemas matrimoniales de la princesa Diana y el príncipe Carlos—. Este tipo de conflictos continuaron durante 1992, el llamado por la monarca «annus horribilis».
La historia reciente
Durante el nuevo milenio, la reina celebró sus jubileos de Oro (2008) y de Diamante (2012), justamente en estos últimos se lució con Daniel Craig —máximo exponente de la cultura británica y uno de los James Bond favoritos— en el show de los Juegos Olímpicos.
Sobrevivió a la pandemia por COVID 19 , ante la cual también brindó un discurso motivacional, pero su voz alentadora quedó eclipsada luego de que su nieto Harry Mountbatten-Windsor decidiera separarse de la familia real para vivir en EE.UU junto a su esposa Megan Markle —ambos duques de Sussex— y sus hijos, debido a supuestos actos de racismo ejecutados por la reina.
Asistió a los funerales de su esposo, el rey Philip Mountbatten (9 de abril de 2021). Se dio el lujo de negar el premio The oldie, asignado al anciano del año; y escribió una carta a Gyles Brandreth, quien la nominó, en la cual le dijo: «Eres tan viejo como te sientes».
El 8 de septiembre de 2022. El Palacio de Buckinham comunicó la muerte de la reina Elizabeth II, llegó a cumplir 96 años y gozó de plena salud, especialmente de una mente aguda. Los servicios fúnebres serán realizados según el protocolo real conocido como la operación London Bridge. Finalmente, como la portada de The Smiths de 1986, The Queen is Dead
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