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La edad de oro

La película La edad de oro, de Luis Buñuel, es una de las más representativas del cine surrealista.

L’âge d’or (1930). Dir. Luis Buñuel, con Gaston Modot y Lya Lys.

La trama

Los alacranes abren la película y, a manera de documental que funciona como prefacio, nos cuentan cómo viven estos solitarios animales. Después, inicia la historia con unos bandidos que acampan en una zona árida y que, tras ir en busca del enemigo, se encuentran con unos arzobispos orando. Al intentar ir por ellos, se caen uno tras otro, y se pierden en el camino.
Unos personajes con aparente importancia —sacerdotes y gente trajeada muy elegante— llegan de unas embarcaciones a tierra firme, donde se encuentran con los cadáveres de los religiosos. Ahí comienzan una ceremonia y son interrumpidos por los gritos lujuriosos de unos enamorados… Lo que resta de la película son las vicisitudes que debe sortear esta pareja para reencontrarse, y que termina con un redoble que acompaña a los sobrevivientes de la orgía de Los 120 días de Sodoma, con un duque de Blangis sospechosamente parecido a la imagen icónica de Jesucristo.

El origen

Gracias al mecenazgo de los vizcondes de Noailles —pero sobre todo al entusiasmo de Marie-Laure de Noailles, descendiente del marqués de Sade y nieta de la condesa de Chevigné, amor platónico de Proust—, quienes invirtieron 260 mil francos en el filme, Buñuel pudo rodar su segunda pieza surrealista en 1930: La edad de oro.
La idea de Buñuel era escribir el guión junto con Dalí, tal como lo habían hecho para Un perro andaluz (1929), pero no pudieron coincidir y el cineasta lo elaboró por su cuenta, sólo con un par de contribuciones del pintor; por eso en las cortinillas aparece el crédito de ambos.
Como miembro del grupo surrealista, el cineasta quería hacer una obra provocativa acorde a la estética y al ideario de este movimiento, que para entonces estaba afiliado al Partido Comunista francés. El resultado fue una pieza de culto —desde su origen— que satirizaba la ideología occidental, con la Iglesia y el Estado a la cabeza, y a las convenciones morales que ceñían
a la sociedad.

La censura

La crítica, la blasfemia y el humor mordaz logran manifestarse, en gran parte, gracias a los méritos formales, como la voz en off —que fue toda una novedad para la época—, la edición del sonido que va y viene de manera singular —no directa, que obedece más a un ejercicio de la imaginación que de la propia historia—, así como a las imágenes que se revelan potentes, provocadoras, sugerentes… hechas con material poético surrealista.
La película se estrenó en una sesión privada donde gente de la nobleza acompañó a los Noailles; al día siguiente de la filmación el vizconde fue expulsado del Jockey Club. Después, se exhibió en una sala parisina durante 12 días, pero grupos ultraconservadores se manifestaron en su contra y ocasionaron varios disturbios. Esta caótica acogida provocó que la cinta fuera prohibida durante 50 años en Francia y que fuera casi desconocida para el resto del mundo.
Película La edad de oro:
https://www.youtube.com/watch?v=b2md-KHk21g

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