El Dr. Stephen Vincent Strange es un neurocirujano –en la edición de 2004 a 2005 se presenta como cirujano estético– cuya vida cambia para siempre luego de que un accidente automovilístico le impide mover las manos. Cuando la medicina tradicional no consigue sanarlo, se ve obligado a buscar una cura en una comunidad aislada y misteriosa llamada Kamar-Taj. Pronto descubre que éste no es sólo un centro de recuperación, sino también la primera línea de una batalla en contra de fuerzas oscuras y ocultas empeñadas en destruir nuestra realidad.
Este personaje, creado por Steve Ditko en 1963 y cuya primera aparición fue en el cómic Strange Tales #110, se une al universo cinematográfico que Marvel Studios y Disney han perfilado de aquí al 2019, vinculado con los Vengadores y los Guardianes de la Galaxia, y en la que todos confluirán en la llamada Infinity War.
Ya que la ciencia ficción se basa —en parte— en la razón, los avances de la tecnología y el estudio de la naturaleza para hacer posible lo que parece imposible, la cinta de Dr. Strange contó con el asesoramiento de Adam Frank (Nueva York, 1962), un físico apasionado de la divulgación científica, astrofísico y teórico computacional que ha liderado proyectos para desarrollar herramientas de simulación sobre el desarrollo del universo.
Para conocer más de esta interesante aportación, en la redacción de Algarabía tuvimos la oportunidad de platicar en exclusiva con Frank. He aquí la entrevista:
Carlos Bautista —CB—: ¿Por qué una película de ficción que trata con magia requiere de un asesor científico?
Adam Frank —AF—: Ésa es una gran pregunta. Me llamaron en especial a mí porque conozco al director —Scott Derrickson—. Nos conocimos cuando publiqué mi primer libro —The Constant Fire: Beyond the Science vs. Religion Debate (2009)— que, de hecho, aborda la eterna discusión entre ciencia y religión. Soy un científico práctico, pero tengo un fuerte interés en discutir la delgada línea que hay entre ciencia y religión, pues la religión surgió como una forma para explicar el origen del mundo y sus misterios.
La razón por la que Scott, el director, me contactó a mí fue porque alguien le di mi libro cuando se publicó, le gustó y luego comenzó nuestra larga amistad. Después tuvimos muchas discusiones durante años sobre la relación entre la ciencia y el misticismo, sobre lo que ambas disciplinas aún no pueden explicar. Scott está interesado en la religión y respeta mucho la ciencia. Yo soy ateo, pero tengo mucha curiosidad sobre la espiritualidad humana.
Entonces, cuando Scott me dijo que dirigiría Dr. Strange, me llamó como asesor porque ésa es la pregunta esencial de la trama: ¿cómo se pueden relacionar la ciencia y la religión?
El universo Marvel es un universo «científico», basado en ciertos conceptos reales pero cuya tecnología aún no hemos desarrollado. Está claro que el Dr. Strange es un personaje con poder y fuerza mística. Entonces, ¿cómo conectas al Dr. Strange con el mundo Marvel, que intenta justificarse por medio de la ciencia? Para eso me llamaron: para combinar estos dos elementos que parecerían incompatibles.
CB: ¿Cómo se pueden explicar los universos alternativos de Marvel mediante la ciencia?
AF: Marvel ha creado un universo bastante consistente y congruente que no está basado en la ciencia que nos rige. Más bien se basa en una extrapolación, mucho más que en las «ciencias puras», es una adaptación.
Lo interesante radica en que el mundo de Marvel respeta mucho a las ciencias —para ser creíble— y sus premisas. Por ejemplo: la primera película de Los Vengadores (2012) trata de la búsqueda de la energía oscura, la cual es una entidad real en la física.
Según cálculos e investigaciones, cerca del 70% del contenido energético del universo consistiría en energía oscura, pero hasta la fecha esto no se ha podido probar de forma tangible.
El Universo Marvel es muy congruente con la ciencia y sus premisas; y eso es lo que lo hace tan interesante y entretenido. Entonces aquí la pregunta es cómo meter al Dr. Strange en ese universo «científico».
CB: ¿Cuáles son las diferencias entre el cómic y la película del Dr. Strange?
AF: Hay muchas semejanzas, todas las películas están bastante ligadas con los personajes de los cómics y esto ha sido así para crear una trama lineal de la historia. En lo particular, en esta versión de Dr. Strange lo que intentamos, y que fue lo que más disfruté, fue hablar con el director y asesorar a los escritores acerca de cómo este médico, agnóstico, con una formación y pensamiento «científico», podía comprender otro dominio del conocimiento: el místico.
Pero el punto más importante aquí era cuál era la relación entre ambas disciplinas, lo cual nos lleva a una pregunta filosófica. Hasta ahora, al universo Marvel le podías cuestionar cualquier asunto vinculado con la ciencia pero, en este caso, ¿cómo lo vinculas con la filosofía?
Uno de los conflictos principales que se muestra en Dr. Strange es la relación entre la mente y la materia.
«¿No eres más que simples neuronas? ¿Todas las experiencias que tienes no son más que procesos cerebrales?» Hay algo más en el mundo que sólo átomos. En Dr. Strange, las discusiones que sostuve con el director y el escritor eran sobre cómo es que la mente se relaciona con la materia; ¿hay algo más allá de las nanopartículas? Sin duda todo somos parte del Universo, pero la mente es otro abanico de posibles universos —y sobre la que la ciencia aún tiene muchas preguntas sin respuesta.
CB: ¿Cómo es que este tipo de cintas pueden hacer que la gente se acerque a la ciencia real?
AF: Creo que esta es una gran oportunidad para que las personas se adentren a pensar en la ciencia. Esta película aborda una pregunta muy interesante sobre la relación entre mente y materia, pero también trata del multi-verse. El multi-verse juega un papel primordial, y ésta es una idea de la ciencia que, cierta o no, es muy bella: dentro de nuestro Universo existen una posibilidad infinita de universos —multiversos, donde cada universo está separado de otro—, y dentro de alguno de estos: el multi-verse; por ejemplo: la gravedad de nuestro universo no es necesariamente la misma —ni influye— en la del universo Marvel.
Dr. Strange es una representación de esta idea de posibilidades. Y esta representación —conceptual como visual— es tan impactante que quienes vean esta película saldrán de la sala exclamando: «¡Wow! Nunca había visto algo así, este concepto de la realidad supera a la Matrix…”. Disparará tu imaginación.
Esta película hará que cada uno se pregunte en qué consiste nuestra dimensión y cuántas más serían posibles.
¿Son posibles varias dimensiones diferentes? ¿Por qué concebir universos diferentes? ¿Cómo pueden existir dos universos al mismo tiempo? Esta película hará posible que cada persona pueda descubrir cuán extraordinario es el universo, qué bello es y cuál es el papel que juega la ciencia al hacerse estas preguntas.
CB: Cuando hablas de vincular ciencia con religión, ¿hay algún riesgo de promover un discurso seudocientífico, tan de moda entre falsos médicos y charlatanes?
AF: No. Seamos sinceros: esto claramente se trata de ciencia ficción. Eso es lo que es tan hermoso en el universo Marvel: toman ideas científicas y, a partir de ellas, construyen escenarios fantásticos en los que nunca queda duda que se trata de una ficción.
Aunque algunas de estas películas tienen ideas y conceptos que podrían realizarse a futuro, como la inteligencia artificial —La Era de Ultron (2015)— y asuntos similares de desarrollo tecnológico; pero Dr. Strange aborda la pregunta de cómo se relacionan la mente y la materia. No toma una postura de ninguna forma; nunca argumenta que se trata de una realidad.
No creo que haya ningún peligro de que quienes vean la cinta digan: «¡Oh! ¡Eso es ciencia y podría suceder!»
De forma artística se toma una idea, se juega con ella y y se hace todo aquello que sólo el arte puede lograr, como ilustrar fenómenos o ideas que no son comprensibles con fórmulas o hipótesis.
CB: En tu opinión, ¿cuál es la principal aportación de los cómics al conocimiento científico?
AF: La forma en la que nos podemos vincular con la ciencia desde que somos niños. Yo mismo me interesé en la ciencia gracias a los cómics.
CB: ¿Qué fue lo que más te sorprendió de esta película?
AF: Poder lidiar con estos temas —ciencia y religión— que muy pocas veces se pueden llevar a un público masivo. Y qué mejor si puedes hacerlo con una película de superhéroes. Por ejemplo, Jessica Jones no es sólo una historia de acción, es una historia fascinante sobre problemas de mujeres. No sólo se trata de superpoderes, se trata de los problemas que heredan las mujeres en un mundo dominado por hombres.
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