Qué triste fue decirnos adiós… En marzo de 1970, el Teatro Ferrocarrilero de la Ciudad de México fue el escenario del segundo Festival de la Canción Latina —antecedente del Festival de la Organización de la Televisión Iberoamericana, o Festival OTI—, en el que participaron 25 países —cinco europeos, el resto de América—, cada uno con dos canciones. México fue representado por José José —José Rómulo Sosa Ortiz, que a la sazón tenía 22 años de edad—, quien interpretó dos canciones: «Dos», de Wello Rivas, y «El triste» de Roberto Cantoral.
La historia de este amor se escribió… para la eternidad… La noche del 25 de marzo, bajo la dirección del maestro José Sabre Marroquín, un jovencísimo José José se plantó en el escenario enfundando un traje gris oscuro —que recordaba al Principito de Exupéry—, con el pelo largo y un anillo de oro en el dedo, y desde las primeras notas lució las extraordinarias capacidades de su voz: una potencia que opacaba a la orquesta, un alcance privilegiado, unas tonalidades altas y bajas únicas, en una canción muy exigente, por todos recordada.
Que siempre estoy hablando de ti… La técnica y la gran emotividad de la interpretación de José José tenían literalmente boquiabiertos a los consagrados Marco Antonio Muñiz y Angélica María, mientras que Alberto Vázquez aplaudía rabiosamente la excelsa interpretación. Y mientras tanto, José José —confiado, sobrado— derrochaba su voz, la regalaba al público con tal naturalidad que parecía que estaba simplemente conversando…
He podido ayudarme a vivir… Al terminar, los asistentes al Teatro Ferrocarrilero ovacionaban de pie a José José, le arrojaban flores, se deshacían en aplausos y silbidos. Pero la votación del jurado no favoreció al «Príncipe de la canción», quien quedó en tercer lugar, detrás de «Cançao de amor y paz», de Brasil, y «Con los brazos cruzados», de Venezuela; el descontento por la clara superioridad de la canción del maestro Cantoral ocasionó que, a la postre, el Festival de la Canción Latina desapareciera, cediendo su lugar al Festival OTI. No obstante, ese día nació la leyenda de José José con una actuación que, incluso hoy, estremece las fibras de cualquiera.