La relectura de las obras de Jorge Ibargüengoitia resulta ser siempre reconfortante. Analizar sus artículos periodísticos a la luz de los acontecimientos actuales, permite darnos cuenta de que no todo pasado siempre fue mejor, y que en México muchas cosas parecen no haber cambiado mucho.
Entre las curiosidades que contiene la obra de este gran autor mexicano, hay un par de temas de cierta actualidad que Ibargüengoitia tocó directa o incidentalmente, pero que al paso de los años seguramente lo habrían sorprendido.
Precursor del programa Hoy No Circula
Desde principios de la década de los años noventa, se aplica de manera regular en la Ciudad de México el programa gubernamental Hoy No Circula, gracias al cual dejan de circular una gran cantidad de vehículos, con la supuesta finalidad de mejorar la calidad del aire que respiramos los habitantes de la capital del país. Aunque ha ido evolucionando, el programa se aplica con base en los números de terminación que consignan las placas de circulación de los vehículos.
Resulta curioso que Jorge Ibargüengoitia, en un artículo publicado en Excélsior el 4 de enero de 1974, y que se encuentra incluido en el libro La casa de usted y otros viajes (páginas 105 a 107), que agrupa una parte de su obra periodística, abordó desde entonces la posibilidad de implementar un programa similar. De manera acertada, el artículo lleva el título de Humor negro del 74. Preludio de una nueva vida, en uno de cuyos párrafos expresa lo siguiente, al referirse a unas recientes declaraciones –en esa época– de algún funcionario del gobierno capitalino:
«Supongamos que los martes se prohíbe el tránsito de vehículos cuya placa termina en 3 ó en 5 –o suma 14 ó contiene la letra Q–. Va a ser necesario, como apuntó el mismo funcionario, crear un nuevo cuerpo de policía para vigilar la aplicación de esta medida.»
Chícharo Hernández, líder obrero o líder goleador
Es indudable que el futbolista mexicano de mayor popularidad en los últimos años es Javier Chicharito Hernández, cuya característica principal es la de ser un gran goleador. Es hijo de un futbolista que se llama de igual manera, quien era apodado Chícharo, y por eso a Javier se le identifica con el diminutivo.
En su primera novela, Los relámpagos de agosto, que fue publicada en 1964 y que obtuvo el Premio Casa de las Américas, Jorge Ibargüengoitia abordó temas de la política mexicana de manera satírica, bajo la óptica de un político militar postrevolucionario, el general José María Arroyo. Casualmente, uno de los personajes de la novela es el político llamado “Chícharo Hernández”, a quien Ibargüengoitia identifica como el “padre de la política obrera” o “paladín de los obreros”. En la novela nunca se menciona el nombre de pila del funcionario, ya que siempre se le llama así, aunque como buen político mexicano ahora podría decir, como la popular canción española de los años ochenta: “Yo no me llamo Javier.”